Así empezaba un mail que recibí de una amiga, profe de niños pequeños. Adjunto me enviaba un contrato de maestras de 1923. Seguramente muchos de vosotros lo conozcáis, pero creo que merece una mención en este blog, dado que la temática nos toca un poquito de cerca, aunque sólo un poquito, por suerte.
Los puntos del contrato no tienen desperdicio: en él en ningún momento se acuerda con la maestra nada que tenga que ver con cuestiones pedagógicas, ni tampoco de educación de los niños. Sino que, como podéis comprobar, hace referencia a cuestiones personales que por supuesto no tienen nada que ver con el trabajo de una maestra, ni en los días de hoy, ni tampoco en el siglo pasado (¡¡o eso espero!!).
La primera vez que lo leí, me hizo gracia, pero después me llevó a reflexionar, y es que, al fin y al cabo, 1923 no queda tan lejos. Puede que en unos años alguien se quede sorprendido al leer nuestras obligaciones como docentes, pero…no sé, al margen de interpretaciones, al menos se trata sólo de cosas relacionadas con nuestra función: la docencia e investigación. En cualquier caso, lo que sí está claro, es que los tiempos cambian a una velocidad abismal. Es por ello que ha surgido este post, para compartir con vosotros mi reflexión particular:
Y es que, tal y como dice, la señorita……….. acuerda :
Punto nº 1: No casarse. El contrato queda anulado si la señorita se casa. ¡¡Hombre!! Faltaría más. A ver desde cuando una persona casada tiene capacidad para educar a niños…, y mucho menos, por supuesto, si tiene hijos…Es incompatible totalmente. Eso sí, de vivir “en pecado” no dice nada el contrato. Es decir, que la señorita en cuestión seguiría en activo si se va a vivir con cualquier indecente que encuentre por la calle…Incluso puede irse a vivir con el padre de alguno de sus alumnos…No quiero ser…ejem!! ¿mala?, pero…me limito a lo que restringe y no restringe el contrato.
Punto nº 2: no andar en compañía de hombres…Porque los hombres son malos. De siempre nos lo han dicho. Así que, si el hermano de la señorita o incluso su padre decide acompañarla a misa dando un paseo…, pues…¡¡ queda despedida!! Eso sí, el hecho de vivir "en pecado" del punto anterior seguiría siendo válido, siempre que la señorita no salga de paseo con el susodicho. De puertas para adentro nadie va a investigar, porque no procede.
Punto nº 3: Estar en su casa entre las 8:00 p.m. y las 6:00 a. m. Bueno, una no es que salga mucho en ese horario, pero… ¿y si tiene que ir al médico de urgencia? ¿Cómo afectaría esto a su trabajo? En fin, no quiero ni pensarlo…
Punto nº 4: No pasearse por heladerías del centro de la ciudad. No dice nada de las heladerías de los barrios marginales. Esa sí las puede visitar. Y también los clubes de alterne. Porque digo yo que en 1923 ya existían (aunque fuese con otro nombre, ¿no?). Este punto no es en absoluto restrictivo, así que nada de quejarse.
Punto nº 5: No abandonar la ciudad sin permiso del presidente del Consejo de Delegados. ¡¡¡Perfecto!!! Si hoy en día esto se llevase a cabo no habría problemas de fugas de delincuentes…yo lo veo muy adecuado. Que decida el Sr. Presidente del Consejo de Delegados sobre las excursiones que puedo hacer…, faltaría más.¡¡¡¡ Y nada de ir de picnic al monte más cercano, que eso ya no es la ciudad!!!!
Puntos 6º y 7º: No fumar cigarrillos, ni beber, cerveza, vino ni whisky. Restricciones mínimas que se le debe de pedir a una maestra para que cumpla con sus obligaciones. Eso sí, se permite fumar porros y beber vodka, aguardiente o cualquier bebida de similares características (por ejemplo Pineau, ummm, ¡¡qué rico!!), porque si no se especificaría lo contrario…
Punto 8º: No viajar en coche o automóvil con algún hombre excepto su hermano o padre. En tren si se podía viajar con cualquiera. Incluso con el que vivía “en pecado” (eso sí, bajo el consentimiento del Presidente del Consejo de Delegados, máximo mandatario de la época en una ciudad). Por cierto, ¿alguien me puede aclarar cuál es la diferencia entre un coche y un automóvil?
Puntos 9º y 10º: no teñirse el pelo. No usar ropas brillantes. ¡¡Hombre!! es que un jersey brillante nunca quedó bien a una persona con canas…, eso está más que claro. El colegio lo hace por la imagen de la maestra, na más…
Puntos 11º y 12º: Usar al menos dos enaguas. No usar vestidos que queden a más de cinco cm. por encima de los tobillos. ¿Cómo se puede ver el número de enaguas con un vestido que llega casi a los pies? No quiero pensar mal…, pero hay cosas que no casan…
Punto 13º: relacionado con la limpieza de la clase y la calefacción de la misma. Me parece perfecto incluirlo en el contrato porque si la señorita no puede salir, ni andar con hombres, ni teñirse el pelo…¿en qué va a emplear el tiempo, entonces? Pues que limpie algo, ¿no?
Punto 14º: No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios. Esto unido a los puntos 9º y 10º hacen de la profesora toda una belleza…Vamos, que si consigue mantener a los niños contentos es porque realmente vale para ello, o porque los padres no la conocen personalmente, porque no me digan que no es para salir corriendo…Ahora entiendo yo la nana de: “duérmete niño, duérmete ya, que viene el coco y te llevará…” Vamos, el coco lo veían esos niños a diario, durante todo el día,…., ¡¡ como para no dormir y que apareciese también por la noche…!! Y aún encima, la pobre maestra sin poder hacer otra cosa que resignarse a esto para poder ganarse el pan...
En fin, que después de todo esto, sólo puedo corroborar que, ciertamente, no nos podemos quejar, no…Desde aquí mi homenaje particular a las maestras de 1923.
16 comentarios:
Vaya, Petete, creo que incumple usted trece puntos de catorce, felicidades. Eso sí, tengo que admitir que el incumplimiento del punto 11 sólo lo sospecho, porque ni siquiera tengo claro qué es una enagua... En todo caso, apostaría a que usted no lleva ninguna.
En cuanto a lo que pregunta del coche y del automóvil, entiendo que la diferencia es que el primero es de tracción animal, y el segundo de tracción mecánica. ¿A qué ahora sí que le parece que hace mucho tiempo de esto?
Pues sí, M. Knight. Me temo que inclumplo trece puntos de los catorce...Le confirmo que el punto 11 también. En cuanto a su pregunta, más vale una imagen que mil palabras,así que le recomiendo que pinche aquí para que se haga una idea de lo cómoda que podía estar la maestra con dos enaguas debajo de esa falda hasta los tobillos.
Gracias por la aclaración entre coche/automóvil. ¿Quién mejor que el dueño del coche fantástico me podría resolver semejante duda? Es cierto, ahora sí me parece que hace mucho tiempo de eso...
Como me he impresionado, porque yo soy maestra :)
El único punto del contrato que cumplo es que no fumo :)
Vaya pues yo aun cumplo unos cuantos... no estoy casada, no soy una fanática de los helados precisamente, no fumo, no bebo cerveza ni whiskey (con el vino me pillan de lleno...)
En cuanto al resto, un completo desastre. Lo de la ropa colorida, no hay más que ver mi alegre color verde.
Ahora bien, tras las muy claras explicaciones de Petete, de vivir en aquella época, casi que me quedo todo el día encerrada en casa con un tío guaperas cachas. Para rematarla, como no tendríamos televisión, ya nos buscaríamos algún que otro entretenimiento ;-)
noemí, tocotó. Ahora que lo decís, yo tampoco fumo, además lo detesto. Así que ya cumplo dos puntos...eso sí, no soy gran bebedora de alcohol, pero oye, de vez en cuando...una clarita con limón...ummmm.
En cuanto a lo de los cachas...¿había cachas en 1923? Igual más que ahora...jeje. Eso sí, tocotó, lo del entretenimiento..., no procede, ¡¡hombre!! Como lea esto el Presidente del Consejo de Delegados te vas a enterar...
Bueno, ya estamos pensando en "lo único" si es que como una es de color verdoso ya genera todo tipo de malentendidos... Me refería al parchis, el tute y demás juegos. Pero bueno, si usted quiere incluir otro tipo de "juegos" con el cachas adelante...
A todo esto, se me acaba de ocurrir que lo ideal sería vivir en pecado ¡¡¡con el Delegado!!!, que te daría permiso para hacer casi cualquier cosa, eso sí, siempre con las dos enaguas.
Este es un gran post para el Día de la Mujer Trabajadora. Sí señora. Enhorabuena.
me impresiona esa idea de "no nos podemos quejar"... con semejante punto de vista ¿para qué los sindicatos, por ejemplo? No nos podemos quejar, con lo puteado que se estaba a principios de siglo!
(yo, en mi linea)
Tocotó, perdone usted por la interpretación. Reconozco que ese color verdoso ha influído un poco en ella. En cuanto a la idea de vivir con el Delegado..., me parece la mejor de todas, sin duda!! Nada que decir en contra...!!Sería la única forma de tener "privilegios" en comparación con otras maestras...
Mosca, por supuesto que nos podemos seguir quejando...!! Y de hecho lo hacemos a diario!! No vaya usted a pensar ahora que estoy en contra de los sindicatos y de la defensa y lucha de derechos. Sobre todo, no vaya a pensar usted que soy una sumisa y me conformo con que en los días de hoy no me obliguen a llevar dos enaguas...Simplemente se trata de planos diferentes, de una comparación con una época que no queda ni mucho menos cerca de la prehistoria, y me sigue llamando la atención que se pudiese vivir así...acompañémosla entonces con un poco de sarcasmo...¿no?
Muy simpáticos y graciosos tus comentarios :)
En cuanto al contrato... no tiene desperdicio. Lo más curioso es lo que comentas, que para nada contempla aspectos relacionados con la educación de los niños.
Ozú, menos mal que vamos evolucionando, porque si no...
¡Saludos! :)
claro, no liemos todo... no digo que estés en contra de los sindicatos!!
pero que a veces esas cosas que dices están más vivas de lo que creemos
Mandarina, muchas gracias por la visita. Menos mal que evolucionamos, sí, aunque sea poco a poco...Bienvenida al blog...
Mosca, por supuesto que queda mucho que hacer, y por desgracia, todavía hay mucho de esto en nuestra sociedad (y lo que no sabremos...). Noticias como esta, son las que ponen a una la boina de punta...
No, si leído lo leído, no os podeis quejar. Ese reglamento lo debieron hacer en la época de la Ley Seca. Por lo visto estas tablas de la ley debía ser para maestras pudientes porqueee viajar en coche en 1923 debía de ser un lujo. Aunque, por otra parte, también he visto que "aconsejaban" no usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios; eso era porque el sueldo era tan reducido que no daba para comprar todas esas cosas.
Por cierto ¿de que das clase?
Zebedeo, realmente es curioso. Yo también tenía entendido que en aquella época las maestras pertenecían a una clase un tanto superior a la media. Ser maestra implicaba "ser estudiada" como dicen los abuelos..., y eso ya decía mucho. Aunque claro, si tenemos en cuenta el contrato, realmente no lo tengo tan claro, era humillante. La justificación real que encuentro del mismo era censura a la mujer, porque si os dais cuenta, está redactado en femenino. La profesión no importaba, el caso era cortarle la libertad a todas aquellas mujeres que habían tenido la suerte de estudiar (que tampoco creo que fuesen tantas, por otra parte).
En cuanto a tu pregunta, soy profesora de Estadística...la asignatura preferida de todos los alumnos ;)
Bienvenido al blog...
AY madre no me lo puedo creer , quizá les salía mejor firmar un contrato con el mismisimo demonio ¿Pero será posible??? joe..
besoso petete... que bueno ! es que tu libro da pa mucho!!!!
besiños
Laonza, realmente es cierto que las maestras igual no salían tan perjudicadas si firmasen un contrato con el demonio. Para colmo, como ya comenté en otras ocasiones, en aquella época, el ser maestra era como un honor para una mujer, porque el resto, ya nos podemos imaginar a qué se dedicaban: planchar (con una plancha que pesaba más que ellas), lavar (en el río), cocinar...etc. Menos mal que poco a poco se va avanzando..., aunque sea a ritmo de tortuga...Muchos saludos y gracias por la visita.
Pues vaya, ha sido interesante. Si no recuerdo mal, a las primeras trabajadoras de las fabricas las obligaban a llevar cuatro enaguas,,no me quiero yo imaginar un 15 de julio...
Besos!
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