4.4.07

Sorpresa, sorpresa...

Este año imparto la asignatura calificada como la más complicada del curso, es más, según un porcentaje muy alto de alumnos, la peor de toda la licenciatura. Esta fama pasa de boca en boca y consigue que tengamos un porcentaje muy bajo de presentados, que no sube del 36%, mientras que el porcentaje de aprobados sobre presentados es en torno al 60%, muy superior al de otras asignaturas con mucha mejor fama.

Durante este curso nos hemos propuesto incentivarlos un poco y para ello hemos ideado un sistema de evaluación continua a base de pruebas sorpresa. La idea es que los alumnos que aprueben las cuatro pruebas habrán superado la asignatura y no necesitarán presentarse al final. Los que suspendan alguna prueba o no la realicen, acumularán una puntuación positiva de hasta 1.5 puntos sobre la nota del examen final, que tendrán que realizar en todo caso.

El nombrar la palabra sorpresa ya hace que les entren los nervios por mucho que les digas que serán ejercicios tipo, cortos y con material. Ya he recibido varios correos y un par de súplicas en la puerta con la misma petición:

Hola:

Me llamo Fulanita de Tal y soy del grupo de tarde de su asignatura.

Mi problema (como ya se lo dije) es que yo para la semana no voy a poder asistir a la clase del martes, me gustaría que si va a hacer el examen sorpresa, lo pusiera para mañana ya que me interesaría mucho hacerlo. Además, la diferencia de dias que hay entre el jueves y el martes es mínima y creo que nadie va a estudiar ni más ni menos para el martes.

Es por ello que le agradecería de que si están pensando en hacer examen parcial de muestreo, por favor lo pusieran para mañana o para despues de Semana Santa.

Muchas gracias.
Fulanita de Tal, una alumna aplicada, interesada por la asignatura y que no conoce el significado de la palabra sorpresa. Algo parecido pasa con Menganito de Cual:

Buenos dias, soy la hermana de su alumno Menganito de Cual y me pongo en contacto con usted debido a que mi hermano en estos momentos no puede hacerlo el directamente. Queria poner en su conocimmiento a petición expresa de él que desde la noche de ayer sufre un proceso de virus estomacal con vomitos continuos y proceso febril que lo llevo a pasar la noche en urgencias y aunque ahora ya se encuentra un poco mejor tiene que guardar reposo en cama ya que esta bastante debil. Puso en mi conocimiento que durante la clase de esta tarde cabria la posibilidad de que se desarrollara la primera de las pruebas sorpresa a las que somete a sus alumnos, y debido a la imposibilidad de que Menganito asista a clase por su estado le gustaria saber si hay alguna posibilidad de que si la prueba se desarrolla hoy el pueda realizarla por ejemplo el jueves. Si esa posibilidad existe le estaria muy agradecido debido a su interes en la materia y debido a esta desafortunada situacion. Si no considera posible tal cambio igualmente le remito las gracias por su atención.
Un saludo de parte de su alumno Menganito de Cual.
Menganito tuvo suerte porque no hubo la prueba sorpresa y creo que ya está felizmente recuperado.

Esto son sólo un par de ejemplos del miedo a perderse la "sorpresa". En breve les tocará el susto, a ver si realmente esta preocupación se traduce en unos excelentes resultados, aunque lo dudo mucho...

3.4.07

Por la chica de la biblioteca...

Hace unos días, Ramón de la Cara Dura, un alumno repetidor, llama a la puerta de mi despacho para preguntarme una duda relacionada con la materia. No estaba en horas de tutorías, pero nunca digo que “no” cuando alguien acude fuera de este horario a mi despacho para que le ayude.

Mi sorpresa comienza cuando me presenta un folio (con formato de examen) con dos problemas y con el escudo y membrete de otra organización académica.

- Es para la chica de la biblioteca, que me vio coger un libro de Estadística y me preguntó si sabía hacer este ejercicio. Yo no sé, entonces pensé que tú me podías ayudar.

- Hombre, sí, no me importa, aunque bueno, quizás prefería que viniese ella a preguntármelo aunque no sea mi alumna… (nunca me ha importado ayudar a gente que no está matriculada, siempre que esto no tenga un coste muy elevado).

Comienzo a explicarle el problema y, a pesar de que precisamente el tema relacionado con el ejercicio lo habíamos terminado una semana antes en clases, y él no pisó el aula en todo el curso, me di cuenta de que no sabía de qué le estaba hablando. Conceptos básicos, que me pueden llevar explicarlos en clase alrededor de unas cuatro horas, no le sonaban ni por asomo.

- buff, qué es lo que dices que haces aquí, ¿tipi qué?
- Tipificar. Necesitamos hacerlo para poder trabajar con las tablas de la normal estándar.
-ahh…, vale. Pero… ¿no puedes coger entonces otras tablas…?
-¡Pues no! Básicamente porque no existen…En fin, creo que deberías de leerte los apuntes, que por cierto acabo de facilitar en clase hace una semana…
- Si es cierto, pero bueno, es sólo para poder decírselo a la chica de la biblioteca. Por cierto hoy fui a clases, pero no tocaba…
- Hombre, a buenas horas nos enteramos del horario de la asignatura…Llevamos ya medio cuatrimestre de clases.


A pesar de que era materia de examen para él también, me di cuenta de que Ramón estaba más preocupado de poder explicárselo a la chica de la biblioteca que de entenderlo propiamente. Imagino, no sé por qué, que no debía de parecerle fea, la chica… (en cualquier caso, es una percepción personal, que no tiene la menor importancia…).

El caso es que la explicación continuó y estuve cerca de dos horas explicándole el dichoso ejercicio que no lograba entender. Supe perfectamente que Ramón no se estaba enterando de nada, pero al final, parecía que le daba un poco de vergüenza hacerme tantas preguntas que le dejaban al descubierto en cuanto a sus conocimientos se refiere. Empezó entonces a asentir con la cabeza como para darme la razón.
Me sorprendió que cuando se fue no me pidió la hoja con el ejercicio resuelto. Pero por supuesto, no insití.

No habían pasado 10 minutos cuando Ramón llama de nuevo a mi puerta, y una vez más, me sorprende con sus palabras:

-Es que estuve ahora pensando ahí afuera en el ejercicio y claro, no me acuerdo de cómo se hace. ¿Me lo podías explicar de nuevo?
-¡¡¡¡¡¿¿¿¿Cómooooo!!!????


Insisto, habían pasado 10 minutos como mucho. No es que Ramón no se acordase de hacer el ejercicio, sino que realmente no tenía ni idea. Es como si a mi me piden que escriba un texto en chino…, vamos que por mucho que me expliquen la gramática, como no sepa al menos el abecedario…
Claro, ahí me empecé a molestar realmente, porque me di cuenta de que la jeta de Ramón no tenía límites. Me sentí molesta, sobre todo después de “perder”, porque literalmente fue así, casi dos horas con él. Entonces…

-¡¡No!! ¡¡No te lo puedo explicar de nuevo!! Si te parece poco que te lo haya resuelto para una persona que ni siquiera conozco…Ponte a estudiar y punto.
-Bueno mujer, pero tú sabes por qué lo hago, ¿no?
-Pues no, y tampoco me importa.
-Pues lo hago para ver si la puedo ayudar, a la chica de la biblioteca,…pero vamos, que si no puedo…si tanto te molesto…!!
-Hombre, me parece que tienes un poco de cara dura, ¿no? No has pisado las clases en todo el curso y a pesar de ello me he pasado media tarde explicandote algo de lo que no tienes ni idea precisamente por no abrir ni un libro, aún encima me pides que te lo repita… y además te sorprende que me moleste!!
(Realmente reconozco que estaba indignada)…

- Bueno, pues no me lo repitas, pero mira, si me dejas la hoja donde escribiste la solución yo voy diciendo lo que hiciste y me confirmas si está bien o mal…,¿vale?
-
Yo (cada vez más enfurecida, la verdad): ¡¡pero vamos!! ¿Me estás tomando el pelo? Te he dicho que no lo repito. Y es más, ahora es cuando no te digo nada más. Y la hoja no te la llevas (realmente tenía bastante tachones, y visto lo visto, tenía la certeza de que podía circular por el mundo, cosa que no me apetecía. A pesar de todo, le di una oportunidad:) si quieres copias toda la solución en una hoja tuya, y si no la tiro directamente…

-Bueno, mujer, pero déjame la hoja… ¿qué más te dá? Venga me la llevo.
- (yo no daba crédito) ¡Que te he dicho que no! O la copias o la tiro ya. Tu decides!!
- vale, venga, la copio. Entonces…, aquí es cuando tipificas…, porque… ¿por qué era que hacías eso?...

En fin…, que siguió insistiendo…como si nada…Y es que para algunas personas, no hay límites. Sobre todo no hay límites en la educación. Desde mi punto de vista es totalmente vergonzoso que un chico de 20 años tenga tan poco respeto hacia sus profesores como este, porque realmente se trata de esto…de respeto, de educación. Estoy esperando, que me llegue, como a M. Knight una invitación para ser su coleguita….Ya tarda, ya…