29.1.07

Las horas muertas o tutorías

Todo profesor de universidad, en función del número de horas de clase que imparte, tiene la obligación de fijar un número determinado de horas dedicadas a tutorías durante la semana. En mi caso particular, son cuatro horas que dedico a atender las dudas, cuestiones y disparates de mis alumnos.

Realmente se puede llegar a pensar que estas horas son las que más trabajo dan a un profesor. Si sumamos una asignatura odiosa, más de 200 matriculados y muchas caras extrañas o ausentes durante las clases, la ecuación debería de dar como resultado una máquina de pedir vez, como las de las carnicerías, justo debajo del cartel indicador del despacho, además de unas cuantas sillas para hacer más descansada la espera y... un tentempié también sería de agradecer ¿no?. Aun diría más, cuatro horas no llegarían a nada ¿verdad?. Eso es lo primero que deduces una vez echas las cuentas, pero no, aunque el razonamiento os parezca muy convincente, estoy completamente equivocada. La definición exacta del horario de tutorías es: “número de horas que el profesor debe estar disponible en el despacho (ni un café por el aire, ni un pisito) a sabiendas que ningún alumno se acercará a menos de 100m de la puerta”

Es triste, lo sé, porque a la vista de que la estadística no es santo de su devoción, una no se cree que sus alumnos lo entiendan todo a la perfección como para no hacerle, como mínimo, una visita a la semana. Por otro lado, empiezas a pensar que te deben de ver como un ogro o un freak que es incapaz de acercar esos conceptos extraños de clase a la vida real. Esto último podría ser cierto, lo admito, yo he tenido profesores de esa índole durante la carrera, pero juraría que no es el caso (aunque el post de mis gustos musicales diga lo contrario). Y... ¿me verán como un ogro? con ese color verde esperanza y mis alegres tentáculos... podría ser, pero creo que inspiro más pitorreo que otra cosa...

Tras realizar una encuesta entre muchos de mis compañeros, Michael y Petete entre otros, a todos les pasa exactamente lo mismo. Me quedo mucho más tranquila, fuera neuras Tocotó, que en el fondo eres una fenómena y ellos son unos tímidos. Bueno, no todos, se salvan los cuatro de siempre que vienen el día antes del examen con dudas razonables y que son los que nos dan las escasas alegrías como la que relata este post. El 6 de febrero es el gran día del examen, les mantendré informados del número de visitas por el despacho...

25.1.07

La calculadora

No sé si actualmente en los colegios se enseña a sumar, restar, multiplicar y dividir. Mis alumnos universitarios, desde luego, no saben hacerlo sin calculadora. Agracería que algún docente de primaria arrojase luz sobre este asunto.

No es que tenga nada contra las calculadoras, pero creo que su utilidad es ahorrar tiempo, no perderlo. Nuestros alumnos las usan para perderlo. En mis clases las cuentas más complicadas son multiplicar 5 por 200, dividir 100 entre 20 o calcular el 30% de 1000. Ni uno solo de mis alumnos hace estas cuentas a mano. No exagero.

A veces les pongo prácticas que incluyen cuentas de este tipo y que deben hacer en diez minutos. Para animarlos les digo que no hace falta calculadora. Me miran con cara rara, como si yo fuera un genio de los números. Evidentemente cogen la calculadora. Y les cuesta terminar en diez minutos.

Pero a veces mi mensaje surte efecto. Alguien ve la luz. Se da cuenta de que puede ahorrar tiempo sin calculadora. Porque, ¿hace falta ayuda electrónica para calcular el 10% de 500? Por supuesto que no.

19.1.07

A los burros les gusta el rock

Hace un tiempo hablé en este blog acerca de actualizar los ejercicios de los boletines y exámenes de nuestros alumnos y este post está dedicado a un ejercicio que me dejó un poco descolocada al resolverlo en una clase práctica. El enunciado decía lo siguiente: La siguiente tabla de frecuencias corresponde a la distribución de (X,Y), donde X=”Tipo de música preferida” e Y=”Nivel de estudios alcanzado”. La información se ha recogido preguntando a 400 personas. Y la tabla en cuestión tenía este aspecto:

A simple vista uno se da cuenta de la relación entre las dos variables: los cortitos prefieren el rock, los listos la música clásica y los del medio el pop. No pude evitar que de mi boca saliese un "cualquier parecido de esto con la realidad es pura coincidencia" y estoy segura que el 90% de los alumnos notaron mi disconformidad con el resultado del ejercicio. Tanto, que he decidido que voy a proponer otro alternativo.

Las variables serán las mismas: el nivel de estudios y los gustos musicales. Ahora bien, la relación entre ambas va a cambiar sustancialmente. Debo avisar, en este preciso momento, que me basaré en mis propios criterios y estoy convencida que la mayoría de los lectores tendrán sus clasificaciones y les animo a que las hagan públicas. Ahora bien, como la que escribe soy yo, toca aguantarse. Tengo muy claro que la rabia que se apoderó de mi al resolver este ejercicio durante las clases puede trasladarse a algún visitante con otro criterio muuuy diferente...

Esta es mi propuesta:

Nivel alto: Podría hacer una compilación de rock progresivo (Marillion, Rush…), el rock sinfónico (Genesis, Yes…), AOR (adult oriented rock, como Boston, Foreigner, Kansas, Heart…) y para rematar y en honor a The Monch y a Vicisitud, incluiremos a Kiss y a King Crimson (un mundo aparte)

Nivel medio alto: El pop extranjero (Robbie Williams, britpop, U2, Simple Minds, Athlete, etc…)

Nivel medio bajo: Pop español, altamente sobrevalorado. Dentro de este grupo exceptuamos a algunos como Alejandro Sanz o El Canto del Loco que pasarían a engrosar el siguiente nivel, que no se me enfade nadie ¿eh?, ya estabais avisados...

Nivel bajo: El perreo y el bacalao. No entiendo todavía como ha podido triunfar el ya famoso "a ella le gusta la gasolina..." y demás maravillas. Bueno, una amigo decía que lo del baile no estaba del todo mal, picarón...

Pues aquí acaba la clasificación, he de añadir que podría citar muuuuchos más grupos en cada una de las categorías, pero entonces este post sería interminable y nadie se pararía a leerlo completo, eso sólo ocurre cuando Petete nos da lecciones de moda. Venga, y ahora a ponerme verde, bueno... aun más verde de lo que ya soy...

12.1.07

Foto de familia

Desde el inicio de este blog hay un tema que nos obsesiona: el anonimato. No sólo lo hemos debatido durante horas, sino que hasta hemos pedido asistencia jurídica para no acabar en el trullo.

Sin embargo, desde el principio han ido apareciendo en el blog pistas sobre nuestra identidad. Al principio se trataba sólo de indicios que íbamos dejando involuntariamente, pero últimamente parece que alguno de los miembros del equipo ha puesto en marcha una estrategia premeditada para salir del anonimato, de forma que la situación se está haciendo insostenible.

Por otra parte, recientemente han surgido comentarios como el que hace the monch aquí, en el que califica de "extraña" y "despropósito" la composición del equipo que elabora este blog, dando a entender que no formamos un equipo bien avenido.

Por todo lo anterior, y aprovechando que Petete tenía muchas ganas de lucir su boina, el equipo de La Vista Gorda ha decidido salir del anonimato, publicando en exclusiva esta

foto de familia

que dedicamos a todos nuestros lectores (y en especial a los que hacen comentarios).

Petete, Tocotó y M Knight

9.1.07

Es lo que se lleva

En una de las cenas en Navidad con mis amigas, éstas tuvieron la genial idea de recordar con detalle todos nuestros modelitos de Fin de Año de tiempos pasados. El primero que salió a la luz, porque no podía ser de otra forma, fue mi traje de terciopelo (además, terciopelo del de verdad, no se vayan a creer) con pantalones de campana, chaleco largo bordado y camisa con chorreras y mangas anchas que estrené aquella primera Nochevieja que pisaba la calle después de las uvas. Y es que mi madre, la pobre, que como casi todas las madres, lo da todo por su hija, se dejó la paga extraordinaria casi completa en mi primer traje de gala. Con la descripción del mismo, muchos lectores pueden pensar que rondo los cincuenta y largos años, porque el traje era setentero total (es más, en las fotos antiguas de casa nunca vi una chorrera tan grande como la que yo llevaba). Pero qué va!!, déjenme decirle, en especial a aquellos más jóvenes o que no lo recuerdan, que a principios de los 90, la campana en los pantalones y las camisas con este atractivo diseño volvieron a resurgir en todos los escaparates de las ciudades. No les sorprenderá entonces, que el traje viese la luz también en una boda y una comunión, porque de algún modo había que amortizarlo. Imagínense pues, esas fotos con la familia. No tienen desperdicio, créanme.

Las risas en la cena de la que les hablé al principio eran descomunales al pensar en cómo llevábamos con orgullo por las calles del pueblo nuestro particular diseño. Claro que, tampoco se quedaban atrás los zapatos de charol, con punta cuadrada y un tacón más raro que un perro verde que llevé unos años más tardes en fechas similares. O el vestido de lentejuelitas por encima (y cuando digo encima es bastante encima) de la rodilla de otro año. En este caso (lo recuerdo perfectamente), cuando me lo probé en la boutique, me quedaba un poco largo, con lo cual, allí mismo me lo enviaron a la modista para adaptarlo a mi estatura. El problema fue, que a ésta se le fue la mano con la tijera y…, se pueden imaginar…Eso sí, mi madre no permitiría nunca que no lo estrenase después del dineral que de nuevo se había gastado en él. Aún reconociendo que algo corto había quedado, todavía la estoy oyendo: “ si no enseñas pierna ahora, cuando la vas a enseñar?...Además, no es para tanto, se llevan así!!” ¿¿Qué no es para tanto…?!!!!, cada vez que veo las fotos me entra la duda de si llorar o reirme a pierna suelta. Menos mal que por ahora se me ha dado por esto último.
¿Ustedes se han parado a pensar en cómo de rápido cambian las modas? ¿Quién no…? Para eso muchas mentes pensantes se encargan de enviarnos catálogos a casa todos los años con cortes, colores y estampados lo más diferentes del año anterior posible. Y es que se trata de eso, de que la ropa del año pasado esté tal y como dice la palabra pasadísísíma.
Muchas veces, viendo lo monos y arreglados que vienen a clase mis alumnos me he acordado de mis pintas cuando tenía su edad. No puedo evitar compararnos. Y es que yo siempre lo digo: a mi generación, le ha tocado una época un tanto dificil en cuanto a modas. Porque, vamos a ver, díganme ¿a quién le pueden sentar bien unas macro-hombreras bajo cualquier tipo de prenda: vestidos, blusas y hasta camisetas de algodón!!?

Quería ver yo a mis alumnas, que me vienen a clase con sus camisetitas escotadas, de tirantes finos y ceñiditas, lo monas que estarían con una camisa floreada (cuanta más flor y colores mejor, además) y unas hombreras que quitaban parte de la visión lateral…, eh….Pues yo la llevé, sí señor, y mis amigas también. Y qué guapas íbamos…., hombre!! Ni se imaginan....
Por no nombrar la época en la que los pantalones (que por cierto llegaban a la altura de las axilas, casi) se debían de remangar (literalmente), “un poquito”, de forma que se viese el calcetín. Claro, y es que hoy en día, los calcetines no tienen ningún protagonismo, porque uno de los lemas de este siglo es que NO SE PUEDEN VER, pero de aquellas…., qué monada de calcetines que llevábamos!!!! Mi prima me recordaba el día de la cena, que los mejores eran los de rombos…y estoy de acuerdo, sí señor. Rombos que por cierto, vuelven a estar muy de moda…Tiemblen, jovencitos, tiemblen….

Insisto, que se lo proponga alguien a mis alumnas de hoy en día. Que me vienen con sus leggings, enseñando tobillo, y sus taconcitos de color a juego con la ropa y los complementos (de los cuales hablaré más tarde, que no me olvido de semejante cosa)…Yo lo intenté un día con una de mis primas universitarias, y máximo que conseguí, fue que me llamase hortera unas cuantas veces. Y lo hacía con ganas, además…, todo sea dicho.

Y es que de aquellas, había como dos tipos de prendas: las que utilizábamos para ir a la discoteca (que tampoco es que fuesen muy atractivas que se diga, pero algo más sí ) y las que llevábamos a clases. Pero yo, hoy en día, a mis alumnas (y hablo en femenino, porque sobre todo se lo noto a ellas, pero no significa que no le afecte también a ellos) las veo con unos modelitos que poco se pueden diferenciar de lo que se ponen un sábado por la noche (¿o si?). A veces he pensado que podía dar la clase con música bacalao de fondo, para crear un ambiente como más acorde a su estilo. También he llegado a pensar, que en la actualidad, con lo caro que esta todo, el precio de la tela tuvo que subir muchísimo.
En cuanto a los zapatos, pues bueno, ahí, qué quieren que les diga, hay un poco de todo…, porque nunca había pensado yo en llevar bailarinas doradas, plateadas o con piel de leopardo o tigre, pero las llevo, claro que sí. Porque hay que adaptarse. Eso sí, por lo que no pasaré nunca, es por las “Art”. Me río yo de mis botas ortopédicas de pequeña.. ja!! Y yo que creía que eran brutitas…Mi madre se peleaba conmigo cada invierno a la hora de comprarlas. Porque me llevaba a la zapatería y allí había botas y zapatos preciosos para niños, pero yo no, yo tenía que llevar los de siempre que me horrorizaban…, y todo por caminar con los pies hacia adentro. Si llega ser hoy en día, me compraba unas “Art” y ala!! A ver quien me ganaba a moderna… Eso sí, creo que lo ideal es que estén llenas de mierda para que luzcan…, al menos yo no he visto nunca unas limpias…(quizás ya vengan así de fábrica).

Aparte quedan los complementos. Hoy en día, ellos con sus pulseras Viceroy o Lotus de plata, las de goma con fines benéficos que no son tales, pero queda muy bien o las estilo surfero que dan un toque como muy “chic”. (Pocos practican surf, pero creo que se liga mucho con los complementos asociados a tal deporte. Si aún encima te pones unas mechitas rubias, ya tienes el éxito garantizado). Ellas, con sus collares de perlas de plástico a juego con la pulsera y pendientes, sus relojes modernos de correas de colores o también la modalidad de multitud de pulseras diferentes de colores que puso a la moda la siempre joven Paulina Rubio. He de decir, que a mi me encantan esos complementos de plástico, y de hecho también tengo unos cuantos, todo sea dicho. Eso sí, hacen un ruído al escribir las pulseritas… pero ¿a quién importa la comodidad…? Faltaría más. En muchos exámenes se las quitan y las ponen al lado de la calculadora, que también da un toque como muy intelectual…
En mi época universitaria recuerdo las pulseras de cuero sencillas de los hippies, que bueno, bajo ningún concepto pasarán de moda…asíque ahí no estamos en demasiada desventaja, pero…¿alguien se había olvidado de los chinitos de la suerte? Eh…¿?, y de los collares con el nombre colgado que llevábamos al cuello cual perritos con amo despistado…Una amiga mía dejó de ponerlo cuando se dio cuenta de que ligaba menos porque los chicos, que utilizaban como excusa para acercase, el preguntarte el nombre, ya no lo podían hacer. Y era cierto, eso fue un fracaso para el amor!!! Si hiciésemos una estadística, estoy segura que en aquella época el porcentaje de relaciones que afloraban era menor ;).

Y bien, es obvio que no me puedo ir sin hablar de los peinados. Ni acordarme quiero de aquella Nochevieja (ya que hemos empezado con esa fecha vamos a seguir, porque la verdad es que dan mucho juego) en la que se me ocurrió ir a la Peluquería (fue el único Fin de Año que fui, por cierto, pero como para volver…). Tenía el pelo largo y quería hacerme esa especie de rizos grandes tan favorecedores y que tanto se llevaban. Bueno, pues allá me presento como unas seis horas antes de medianoche. Las peluqueras (porque a falta de una eran dos las que enredaban en mi cabellera) no hacían más que ponerme rulos, y echarme “sprays” que nunca llegué a saber para qué servían, porque ese es otro tema, la de porquerías que le echan a una en el pelo en las peluquerías es que no tiene semejante. Luego me pusieron bajo un gran secador de pie, que me achicharraba las ideas y las orejas y cada poco tiempo, me sacaban de allí para volver a rociar mi pelo. “Es que tienes un pelo tan fuerte, que si no le echamos cosas no te va a aguantar el rizo…” Que no iba a aguantar que?!! Si me costó más sacarlos que a un dentista una muela del juício….El caso, es que como les contaba, con tanto producto, me enredaron el pelo de tal forma, que por allí no pasaba un peine ni de goma. Qué digo de goma?!Allí no entraba ni un rayo láser... Vamos, que horrorosa era poco. Eso sí, una vez más haciendo caso al tema monetario (porque la pela es la pela) y de tiempo, en casa me prohibieron lavarme la cabeza al llegar, con lo cual allá me fui yo con esos pelos a la gran fiesta. Menos mal que de noche todos los gatos son pardos…

Esto era un peinado de fiesta, lo demás tonterías…Claro que, los peinados de la época (los normales, vamos, los de diario) tampoco tenían desperdicio: de aquellas se llevaba el gran tupé!!! Sin comentarios, la verdad. Con la risa que me da apenas puedo escribir bien, porque menuda pinta…Yo tengo una especie de remolino en el comienzo de la frente y claro, me quedaba genial el tupé. Luego también se llevaba aquella especie de macro flequillo que se cortaba desde la mitad de la cabeza, con lo cual, todo el pelo se caía hacia delante. Aquello no era un flequillo, sino más bien una especie de cortina. He de confesar que una prima mía se lo cortó, y como tenía el pelo rizo, lo que le quedó fue lo más parecido a un nido de cigüeña que podais pensar. Todos le llamábamos así, pero a ella nunca acabó de gustarle... (por cierto, aclarar que la de la foto no es mi prima...).
Ahora no, ahora los peinados son diferentes. Unos cortes de pelo “estilosos”, con flequillos que nacen donde tienen que hacerlo y el pelo en capas que siempre da más glamour…Los chicos con sus melenas hiper cuidadas (aunque…, ¿es cosa mía, o yo diría que cada vez hay menos melenudos?)…,y es que los de mi época, con perdón, que se decidían a llevar el pelo largo lo llevaban como yo el día aquel de Fin de Año que les conté…!!!!

En fin, que si me pongo puedo escribir hasta aburrirlos, y no quiero, de verdad. Pero es que lo de la moda da para mucho. Es uno de mis temas preferidos. No puedo evitar reirme cada vez que veo fotos pasadas y, como les dije a mis amigas en la cena que dio pie a este post (por cierto, para ellas, y para mis alumnos va dedicado) en unos años, nos estaremos partiendo al ver las fotos con sus vestidos setenteros y mi jersey de listas azules y color plata que llevamos a tal comilona. No lo duden, es así...

3.1.07

Compromisos cumplidos (un post de Petete y Tocotó)

Antes de nada desear a todos nuestros fieles lectores, esos que no hacen comentarios pero que sabemos que están ahí, un muy feliz 2007. A los que hacen comentarios también, como no, entre ellos a todas nuestras personalidades múltiples, la docencia hace estragos en nuestras pobres cabezas…

El 2006 no ha estado mal, ha sido el año en el que hemos decidido (en realidad el socio fundador es M Knight) inaugurar esta bitácora y desde que se inició a finales de septiembre hasta ahora ha madurado mucho, de hecho ha cogido un tierno color naranja. Con suerte y disciplina durante el 2007 ya estará en su punto, sólo esperamos que no se caiga del árbol antes de tiempo, todo será cuestión de disciplina y que nuestros alumnos nos “inspiren” innumerables entradas con que divertiros cada semana. Con este fin hemos comprado sillas nuevas para el despacho, sí, sillas, igual alguno se atreve a pensar ¡qué gasto más absurdo!, con la de cosas interesantes que se podrían comprar con ese dinero, sin ir más lejos un buen mini-sofácama para la siesta reparadora de después de comer. Pero es que, aunque alguien piense lo contrario, pasamos más tiempo sentados en la silla que durmiendo. Hemos de añadir que ambas actividades no son incompatibles, pero ninguna de las dos las mezclamos en horario laboral. Ahora mismo, mientras escribimos este post, nuestras hermosas posaderas disfrutan de un fabuloso asiento ergonómico regulable en altura, un respaldo alto con reposacabezas y un regulador en las lumbares. ¡¡¡Ups!!! ¿¿¿Se nos ha escapado que las sillas son para escribir los posts de forma más cómoda??? Vaya, ummm, a ver…, no se crean que son para eso, no, los posts en casita y con la cutre-conexión telefónica. Las sillas nos ayudarán a dejar de ahorrar para ir al “masajes a euro” y a realizar el trabajo diario con más alegría y eficacia para bien de compañeros y alumnos. Esto ya suena mejor ¿verdad?

Parece que hemos acabado el año con los compromisos cumplidos y los buenos propósitos a flor de piel ¿o no?... Pues para nuestra desgracia no. No hemos sido todo lo cumplidoras que deberíamos. Es por ello, que este primer post del año va dedicado a nuestro compañero M. Knight. El motivo, simplemente para pedirle que nos perdone. Y es que le habíamos prometido (incluso hay pruebas escritas) que mientras su novia estaba en el extranjero, lo emborracharíamos, (o al menos lo invitariamos a un exquisito vino). Esto, leído así, puede sonar un poco fuerte, pero créanos que no. Se trataba simplemente de pasar un rato agradable para que pudiese llevar un poco mejor el estar "de Rodriguez". Y es que es importante decir que M. Knight está muy gracioso con unas gotitas de alcohol en el cuerpo ( será porque pocas veces las toma...) y de ahí que esa fuese la propuesta. Propuesta que, como no, venía totalmente apoyada por él.

Bueno, pues el caso es que a día de hoy, su encantadora novia ya está de vuelta y sus compañeras de blog, no han cumplido sus promesas. Podríamos buscar excusas por no haberlo hecho, pero creemos que no es lo correcto. Y es que es cierto que hemos estado un poco apuradas en el último mes, pero a veces las prisas, los agobios, el consumismo pre navideño y simplemente el trabajo hace que nos olvidemos de lo realmente importante: Los Amigos. Y M. Knight es el mejor que tenemos.

Nuestro buen propósito para el 2007 es que vamos a ser más "de fiar", es decir, que a partir de ahora, querido compañero, no va a hacer falta que guarde por escrito nuestras promesas, porque serán cumplidas. ¿Nos dejará compensarle al menos con una visita a la vinoteca, pincho incluído?...

Petete y Tocotó.