9.1.07

Es lo que se lleva

En una de las cenas en Navidad con mis amigas, éstas tuvieron la genial idea de recordar con detalle todos nuestros modelitos de Fin de Año de tiempos pasados. El primero que salió a la luz, porque no podía ser de otra forma, fue mi traje de terciopelo (además, terciopelo del de verdad, no se vayan a creer) con pantalones de campana, chaleco largo bordado y camisa con chorreras y mangas anchas que estrené aquella primera Nochevieja que pisaba la calle después de las uvas. Y es que mi madre, la pobre, que como casi todas las madres, lo da todo por su hija, se dejó la paga extraordinaria casi completa en mi primer traje de gala. Con la descripción del mismo, muchos lectores pueden pensar que rondo los cincuenta y largos años, porque el traje era setentero total (es más, en las fotos antiguas de casa nunca vi una chorrera tan grande como la que yo llevaba). Pero qué va!!, déjenme decirle, en especial a aquellos más jóvenes o que no lo recuerdan, que a principios de los 90, la campana en los pantalones y las camisas con este atractivo diseño volvieron a resurgir en todos los escaparates de las ciudades. No les sorprenderá entonces, que el traje viese la luz también en una boda y una comunión, porque de algún modo había que amortizarlo. Imagínense pues, esas fotos con la familia. No tienen desperdicio, créanme.

Las risas en la cena de la que les hablé al principio eran descomunales al pensar en cómo llevábamos con orgullo por las calles del pueblo nuestro particular diseño. Claro que, tampoco se quedaban atrás los zapatos de charol, con punta cuadrada y un tacón más raro que un perro verde que llevé unos años más tardes en fechas similares. O el vestido de lentejuelitas por encima (y cuando digo encima es bastante encima) de la rodilla de otro año. En este caso (lo recuerdo perfectamente), cuando me lo probé en la boutique, me quedaba un poco largo, con lo cual, allí mismo me lo enviaron a la modista para adaptarlo a mi estatura. El problema fue, que a ésta se le fue la mano con la tijera y…, se pueden imaginar…Eso sí, mi madre no permitiría nunca que no lo estrenase después del dineral que de nuevo se había gastado en él. Aún reconociendo que algo corto había quedado, todavía la estoy oyendo: “ si no enseñas pierna ahora, cuando la vas a enseñar?...Además, no es para tanto, se llevan así!!” ¿¿Qué no es para tanto…?!!!!, cada vez que veo las fotos me entra la duda de si llorar o reirme a pierna suelta. Menos mal que por ahora se me ha dado por esto último.
¿Ustedes se han parado a pensar en cómo de rápido cambian las modas? ¿Quién no…? Para eso muchas mentes pensantes se encargan de enviarnos catálogos a casa todos los años con cortes, colores y estampados lo más diferentes del año anterior posible. Y es que se trata de eso, de que la ropa del año pasado esté tal y como dice la palabra pasadísísíma.
Muchas veces, viendo lo monos y arreglados que vienen a clase mis alumnos me he acordado de mis pintas cuando tenía su edad. No puedo evitar compararnos. Y es que yo siempre lo digo: a mi generación, le ha tocado una época un tanto dificil en cuanto a modas. Porque, vamos a ver, díganme ¿a quién le pueden sentar bien unas macro-hombreras bajo cualquier tipo de prenda: vestidos, blusas y hasta camisetas de algodón!!?

Quería ver yo a mis alumnas, que me vienen a clase con sus camisetitas escotadas, de tirantes finos y ceñiditas, lo monas que estarían con una camisa floreada (cuanta más flor y colores mejor, además) y unas hombreras que quitaban parte de la visión lateral…, eh….Pues yo la llevé, sí señor, y mis amigas también. Y qué guapas íbamos…., hombre!! Ni se imaginan....
Por no nombrar la época en la que los pantalones (que por cierto llegaban a la altura de las axilas, casi) se debían de remangar (literalmente), “un poquito”, de forma que se viese el calcetín. Claro, y es que hoy en día, los calcetines no tienen ningún protagonismo, porque uno de los lemas de este siglo es que NO SE PUEDEN VER, pero de aquellas…., qué monada de calcetines que llevábamos!!!! Mi prima me recordaba el día de la cena, que los mejores eran los de rombos…y estoy de acuerdo, sí señor. Rombos que por cierto, vuelven a estar muy de moda…Tiemblen, jovencitos, tiemblen….

Insisto, que se lo proponga alguien a mis alumnas de hoy en día. Que me vienen con sus leggings, enseñando tobillo, y sus taconcitos de color a juego con la ropa y los complementos (de los cuales hablaré más tarde, que no me olvido de semejante cosa)…Yo lo intenté un día con una de mis primas universitarias, y máximo que conseguí, fue que me llamase hortera unas cuantas veces. Y lo hacía con ganas, además…, todo sea dicho.

Y es que de aquellas, había como dos tipos de prendas: las que utilizábamos para ir a la discoteca (que tampoco es que fuesen muy atractivas que se diga, pero algo más sí ) y las que llevábamos a clases. Pero yo, hoy en día, a mis alumnas (y hablo en femenino, porque sobre todo se lo noto a ellas, pero no significa que no le afecte también a ellos) las veo con unos modelitos que poco se pueden diferenciar de lo que se ponen un sábado por la noche (¿o si?). A veces he pensado que podía dar la clase con música bacalao de fondo, para crear un ambiente como más acorde a su estilo. También he llegado a pensar, que en la actualidad, con lo caro que esta todo, el precio de la tela tuvo que subir muchísimo.
En cuanto a los zapatos, pues bueno, ahí, qué quieren que les diga, hay un poco de todo…, porque nunca había pensado yo en llevar bailarinas doradas, plateadas o con piel de leopardo o tigre, pero las llevo, claro que sí. Porque hay que adaptarse. Eso sí, por lo que no pasaré nunca, es por las “Art”. Me río yo de mis botas ortopédicas de pequeña.. ja!! Y yo que creía que eran brutitas…Mi madre se peleaba conmigo cada invierno a la hora de comprarlas. Porque me llevaba a la zapatería y allí había botas y zapatos preciosos para niños, pero yo no, yo tenía que llevar los de siempre que me horrorizaban…, y todo por caminar con los pies hacia adentro. Si llega ser hoy en día, me compraba unas “Art” y ala!! A ver quien me ganaba a moderna… Eso sí, creo que lo ideal es que estén llenas de mierda para que luzcan…, al menos yo no he visto nunca unas limpias…(quizás ya vengan así de fábrica).

Aparte quedan los complementos. Hoy en día, ellos con sus pulseras Viceroy o Lotus de plata, las de goma con fines benéficos que no son tales, pero queda muy bien o las estilo surfero que dan un toque como muy “chic”. (Pocos practican surf, pero creo que se liga mucho con los complementos asociados a tal deporte. Si aún encima te pones unas mechitas rubias, ya tienes el éxito garantizado). Ellas, con sus collares de perlas de plástico a juego con la pulsera y pendientes, sus relojes modernos de correas de colores o también la modalidad de multitud de pulseras diferentes de colores que puso a la moda la siempre joven Paulina Rubio. He de decir, que a mi me encantan esos complementos de plástico, y de hecho también tengo unos cuantos, todo sea dicho. Eso sí, hacen un ruído al escribir las pulseritas… pero ¿a quién importa la comodidad…? Faltaría más. En muchos exámenes se las quitan y las ponen al lado de la calculadora, que también da un toque como muy intelectual…
En mi época universitaria recuerdo las pulseras de cuero sencillas de los hippies, que bueno, bajo ningún concepto pasarán de moda…asíque ahí no estamos en demasiada desventaja, pero…¿alguien se había olvidado de los chinitos de la suerte? Eh…¿?, y de los collares con el nombre colgado que llevábamos al cuello cual perritos con amo despistado…Una amiga mía dejó de ponerlo cuando se dio cuenta de que ligaba menos porque los chicos, que utilizaban como excusa para acercase, el preguntarte el nombre, ya no lo podían hacer. Y era cierto, eso fue un fracaso para el amor!!! Si hiciésemos una estadística, estoy segura que en aquella época el porcentaje de relaciones que afloraban era menor ;).

Y bien, es obvio que no me puedo ir sin hablar de los peinados. Ni acordarme quiero de aquella Nochevieja (ya que hemos empezado con esa fecha vamos a seguir, porque la verdad es que dan mucho juego) en la que se me ocurrió ir a la Peluquería (fue el único Fin de Año que fui, por cierto, pero como para volver…). Tenía el pelo largo y quería hacerme esa especie de rizos grandes tan favorecedores y que tanto se llevaban. Bueno, pues allá me presento como unas seis horas antes de medianoche. Las peluqueras (porque a falta de una eran dos las que enredaban en mi cabellera) no hacían más que ponerme rulos, y echarme “sprays” que nunca llegué a saber para qué servían, porque ese es otro tema, la de porquerías que le echan a una en el pelo en las peluquerías es que no tiene semejante. Luego me pusieron bajo un gran secador de pie, que me achicharraba las ideas y las orejas y cada poco tiempo, me sacaban de allí para volver a rociar mi pelo. “Es que tienes un pelo tan fuerte, que si no le echamos cosas no te va a aguantar el rizo…” Que no iba a aguantar que?!! Si me costó más sacarlos que a un dentista una muela del juício….El caso, es que como les contaba, con tanto producto, me enredaron el pelo de tal forma, que por allí no pasaba un peine ni de goma. Qué digo de goma?!Allí no entraba ni un rayo láser... Vamos, que horrorosa era poco. Eso sí, una vez más haciendo caso al tema monetario (porque la pela es la pela) y de tiempo, en casa me prohibieron lavarme la cabeza al llegar, con lo cual allá me fui yo con esos pelos a la gran fiesta. Menos mal que de noche todos los gatos son pardos…

Esto era un peinado de fiesta, lo demás tonterías…Claro que, los peinados de la época (los normales, vamos, los de diario) tampoco tenían desperdicio: de aquellas se llevaba el gran tupé!!! Sin comentarios, la verdad. Con la risa que me da apenas puedo escribir bien, porque menuda pinta…Yo tengo una especie de remolino en el comienzo de la frente y claro, me quedaba genial el tupé. Luego también se llevaba aquella especie de macro flequillo que se cortaba desde la mitad de la cabeza, con lo cual, todo el pelo se caía hacia delante. Aquello no era un flequillo, sino más bien una especie de cortina. He de confesar que una prima mía se lo cortó, y como tenía el pelo rizo, lo que le quedó fue lo más parecido a un nido de cigüeña que podais pensar. Todos le llamábamos así, pero a ella nunca acabó de gustarle... (por cierto, aclarar que la de la foto no es mi prima...).
Ahora no, ahora los peinados son diferentes. Unos cortes de pelo “estilosos”, con flequillos que nacen donde tienen que hacerlo y el pelo en capas que siempre da más glamour…Los chicos con sus melenas hiper cuidadas (aunque…, ¿es cosa mía, o yo diría que cada vez hay menos melenudos?)…,y es que los de mi época, con perdón, que se decidían a llevar el pelo largo lo llevaban como yo el día aquel de Fin de Año que les conté…!!!!

En fin, que si me pongo puedo escribir hasta aburrirlos, y no quiero, de verdad. Pero es que lo de la moda da para mucho. Es uno de mis temas preferidos. No puedo evitar reirme cada vez que veo fotos pasadas y, como les dije a mis amigas en la cena que dio pie a este post (por cierto, para ellas, y para mis alumnos va dedicado) en unos años, nos estaremos partiendo al ver las fotos con sus vestidos setenteros y mi jersey de listas azules y color plata que llevamos a tal comilona. No lo duden, es así...

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón, Petete, lo de las modas va y viene a una velocidad de vértigo, pero si tus alumnas van así de modernita, imagínate en una facultad de comunicación, donde los chicos son muy alternativos (pijos pero alternativos), y a las chicas les falta tiempo para maquillarse o romperse una pierna con sus tacones de aguja; eso sí, el profesorado joven que tenemos, no se queda muy atrás, asegurado!

M Knight dijo...

Alucino con sus conocimientos y observaciones sobre el asunto, Petete. Yo no podría escribir ni media línea sobre este tema. Como mucho soy capaz de recordar vagamente qué llevaba usted puesto ayer, pero ahora estoy seguro de que usted tiene completamente analizado mi vestuario. Cosa que no creo que le dé mucho juego, por otra parte.

Eso sí, lo que creo que procede ahora es que nos enseñe pruebas gráficas de todo lo que cuenta. Entiendo que para mantener su anonimato no las ponga en el blog, pero le agradecería que dedicase el próximo fin de semana a hacer una buena selección de fotos para enseñárnoslas el lunes.

Muchas gracias.

Tocotó dijo...

Espectacular compendio de la moda que nos tocó sufrir, porque a pesar de que la primera foto es de los 70's, nosotros somos de la era de los 80's que, aunque muy fructuosa para la música, en la moda ha sido lo peor. Pensad un poco, no vuelven los cardados, ni los tupés desaforados, ni el pantalón remangado con los calcetines de rombos, ni las macro-hombreras y podría seguir así... En cambio los 70's, 60's y anteriores sí que han vuelto en numerosas ocasiones y pisando fuerte.

Qué ilusión me ha hecho el recordar los famosos chinitos de la suerte, yo tenía cientos de ellos y por supuesto, de todos colores, porque como siempre cada uno tenía su significado. En cambio ahora, esas anodinas pulseras de silicona (afortunadamente ya pasadas de moda), las odio, un día, a mala fe, casi digo en medio de la vigilancia de un examen práctico: "el que lleve una pulsera de silicona está automáticamente suspenso"... Me aguanté, en realidad tuve que morderme la lengua, hubiesen suspendido los 25 alumnos que nerviosos se enfrentaban al ordenador y al SPSS (software estadístico endiablado)...

Ya para acabar, que me lío demasiado, decir que los alumnos van todos muy guapetones, a la moda, eso sí, ya llegará el día en que se mueran de vergüenza al ver los peinados y gafas que se gastaban en "sus tiempos". Ahí sí que se nota el paso de los años y no en los leggings. Excelente post, sí señora. Me descubro ante usted.

P.D: ¿Me daría unas lecciones de estilismo?...

Tocotó dijo...

Otra cosa, ya que Petete nos ha ilustrado con sus ropajes ochenteros, no voy a ser menos.

Yo también fui usuaria de las hombreras, recuerdo un conjunto minísimo de bermuda y torera verdes al más puro estilo locomía. Lo mejor la combinación con el polo mostaza 7 tallas más grande y bien enfundado en la bermuda.

En cuanto a los zapatos. A principios de los 90 empezaron a ponerse de moda los zapatos de cordones con tacón ancho, fueron mis primeros tacones y con la ilusión supongo que los recuerdo con cariño a pesar de ser horrorosos...

Para rematarla, momento fin de año: un mono de tirantes ajustado con el pantalón de campana, creo que me llevo el premio gordo ¿no?

Sólo espero que The Monch se pase por aquí para que nos cuente como él y su amigo Coché identificaban a las chicas con hombreras cuando estaban en el instituto...

Petete dijo...

Gracias por los comentarios. Doy la razón a nuestro lector/a anónimo en que muchos profes no se quedan atrás, pero oye, eso es bueno, ¿no? Hay que luchar para que no nos vean como carcas.

En cuanto a M. Knight, decirle que no soy tan observadora en el día a día. Yo creo que no sería capaz de decirle cómo iba usted vestido ayer, pero si que me acabo fijando en la moda general. Puede que sea algo innato en la mujeres (al menos en la mayoría). Por otro lado, me encanta repasar fotos, y la moda de los 80 es que resalta a la vista, incluso para el más despistado. Buscaré las fotos menos graves para enseñarle de los modelazos que nombro.

En cuanto a Tocotó, me parto de risa imaginandola con esas bermudas a juego con la torera y los tacones con cordones (por cierto, yo también los tuve, faltaría más. Y más de uno...¿se llevaron más de un invierno?).

Hay miles de modelos que se me han quedado en el tintero porque se me hacía inmenso el post, pero creo que merece la pena recordar también una cazadora vaquera, con corte de torera, y como no con unas macrohombreras...No puedorrrr, de verdad!!!

Por cierto, muchos de estos modelos los saco a relucir en carnaval y no vean cómo me lo paso...Se lo recomiendo.

Anónimo dijo...

Igual le pido la camisa vaporosa de año nuevo, si es que todavía la conserva para un desfile que planeo próximamente. Necesitaba algo vaporoso que hiciese juego con las nubes y los tulipanes y creo que su blusa encajará perfectamente
Un saludo.

P.D: No se rían de mi cara en la página web, un mal día lo tiene cualquiera...

Anónimo dijo...

No puedo estar más de acuerdo,¡ qué terribles pueden ser algunas modas!; y a las que tuvimos que sufrir los 80...porque sí,mucha movida, mucho avance cultural y lo que quieran pero ¿ hubo alguna vez en la historia un concepto del estilo más irracional?, que está muy bien ese rollito alternativo, pero vamos, tampoco había porqué llevarlo a sus máximas consecuencias. Porque Petete, te has olvidado del tema del maquillaje, que también creo, merecería todo un artículo, pero lo dejaremos para otro momento.
A mi me ha dado por pensar en una posibilidad, veamos, en tema MODA, hay dos frases básicas, una es " esto es lo que se lleva" y la otra es " todo vuelve".
Vereis, mi reflexión es la siguiente: ¿no os ha pasado, que de repente veis una foto de vuestros padres que hace unos años os parecía lo menos del siglo pasado, y de repente vuestra madre podría haber salido del Vogue con su modelo de dibujos geométricos y su cinturón a la altura de la cintura que nos parecía tan demodé hace tan sólo un año?.
Pues bien, no nos desesperemos, que tal vez nuestras hijas dentro de unos años piensen: -"mi madre era de lo más fashion, pues en esas fotos de hace lo menos diez años ya llevaba esas hombreras y esos cardados que ahora están tan de moda".
Aunque bueno, bien pensado,¿ quién iba a estar tan mal de la cabeza como para rescatar del armario semajante atrocidad? Asumámoslo chicas, pertenecemos a una generación irrepetible, la generación de los calcetines de rombos y los maxi-jerseys, de los pantalones de cuero y las camperas, pero también de Enrique y Ana, Bananarama y Locomía.
Decididamente, hay cosas que no deberían de volver a " ESTAR DE MODA" Momo

Petete dijo...

Totalmente de acuerdo con momo en que la otra frase relacionada directamente con la moda es la de "todo vuelve". Y es que es cierto, es así. De hecho, yo tengo que confesar, que cada vez que veo una colección nueva, así a priori no me gusta. Por ejemplo, a principios de invierno, los leggings me parecían más que horrorosos..., bueno, pues a día de hoy tengo unos. Lo mismo con las princesitas doradas o las camisas de formas geométricas que me recuerdan tanto a la juventud de mi madre. Eso sí, lo que por suerte no se ha repetido por ahora han sido las hombreras y el calcetín a la vista que tanto, tanto me sigue horrorizando. Y es que si os fijais, de momento, la moda de los 80 no se ha repetido. Ni los peinados, ni complementos...y eso es por algo...Claro que, no me atrevo a decir nada, por si acaso. Gracias, por otro lado, por recordarme las camperas, que las tenía olvidadas, queda pendiente el tema maquillaje. Bienvenida al blog, momo.

Anónimo dijo...

na, la censura de siempre. por lo que oi por ahi petete tiene alguna prenda de la que no ha hablado aqui y que daria mucho mas juego. una decepcion mas.

Anónimo dijo...

Para decepción la del diccionario de la Real Academia Española con tu forma de escribir, y sí, va por "echapalante", que parece ser que por su teclado (por no entrar en su vocabulario), aún no han aparecido las tildes ni las mayúsculas...en fin... de todas formas, hasta hace muy poco, por el armario de Petete aún quedaba alguno de esos jerseys de rombos, se ve que aunque no le guste, le tira mucho aquella época...

Anónimo dijo...

Cuento lo de las hombreras...

Básicamente hacíamos el "mequiere-nomequiere" de las margaritas con las hombreras de nuestras compañeras de delante.

Teníamos un compás con una punta un pelín afilá y apostábamos:
1.
-"no lleva"
-gshhh (onomatopeya del compás pinchando la hombrera)
-Pues no

2.
-"no lleva"
-AAAAAAAAAAAAAAAAAY
-Pues sí...

y así pasábamos largas tardes de Instituto, nunca nos echaron.

Por cierto, en carnavales a la gente se le da por disfrazarse en plan 70's. Incorrecto!! Mucho mejor como dice Petete.

The Monch

Mujer del traje gris dijo...

Mi madre ha dicho toda la vida que las modas asi como alguna vez se marcharon, vuelven siempre.

Siempre, desde los zapatillos de plataforma, hasta las faldas a la cintura, los icntirones anchos..todo.
Y es verdad, ya lo vamos comprobando.

Pero la que es guapa, es guapa, asi que poco importa que uses, lo importante es que te sientas comoda y valores tu cuerpo, que siempre tiene bastante bueno que mostrar ;)

Saludos cordiales!

Petete dijo...

Bueno, voy por partes. Primero, al segundo anónimo, que aunque no se atreva a confesar quién es se ve que me conoce, o al menos a mi armario. Decirle que es cierto que tengo un jersey de rombos, pero es de esta temporada. Ya les decía en el post que se vuelven a llevar. Eso sí, éste sin hombreras. Ya no es lo mimso.

En cuanto a The Monch, me parto con su jueguecito. Ahora entiendo yo porque a los chicos de la clase se les daba por pincharnos con el compás. Se ve que era un juego extendido en todo el territorio español. Le invito a que me imite en carnavales. Confieso que se lo pasa uno muy bien vestido de uno mismo hace unos cuantos años.

Respecto al comentario de dyitz, totalmente de acuerdo: la que es guapa es guapa con lo que se ponga. Se trata precisamente de eso: de seguir siendo guapa en cada época, independientemente de lo que se lleve. Y para estar guapa es muy importante valorar lo que se tiene. Ya lo decía una gran empresa textil: "tu mejor prenda es tu propia piel...". Por tanto, a cuidarse, a valorarse y a presumir!! Bienvenida al blog y gracias a todos por los comentarios.

Anónimo dijo...

y a mi ni caso, no?

Petete dijo...

echapalante, tiene toda la razón. Ante todo pedirle disculpas, pero se me coló su comentario.
Para que no nos eche en cara que hay represión, le explico directamente. Las prendas de las que usted habla (porque me imagino que son las que no se ven) tampoco eran para tanto en los 80. Ese sería otro tema interesante, pero no apto para este blog. Eso sí, impensable era que consistiesen en un hilito como ahora, y sobre todo que sobresalieran por encima del pantalón. Claro que, teniendo en cuenta que el pantalón llegaba casi "hasta las axilas...", ¿de qué tamaño tendrían que ser para que se viesen? Lo dicho, que debe de agradecerme que no hable de tales prendas, se lo aseguro. Eran más que horrorosas. Para que se haga una ligera idea tenían el doble o el tripe de cantidad de tejido que las que puede ver hoy en día. Anda que es usted "echaopalante", si señor. Por cierto, ¿podría explicarnos el contenido de su nueva web?

Anónimo dijo...

poco fina estas hoy, petete. yo me referia a otra cosa. si viendo mi "nueva pagina web" no lo entiendes...

Petete dijo...

Bueno, echapalante, es que como eres menos clara hablando que la Duquesa de Alba y con el nombre que tienes..., pues ¿en qué iba a pensar sino en ropa interior? Por cierto, sigo sin entenderlo, aún con la página web...

Anónimo dijo...

La que lo entiende soy yo!! Hacía ya tiempo que no me perdía por este blog porque me pongo mala con la poca educación que hay, tanto por parte de alumnos como de profesores, pero claro..., como indirectamente se habla sobre "MI MODA", algo tendré que decir. Pues sí, tengo un bikini de leopardo, ¿qué pasa? ¿acaso ha dejado de estar a la moda ese salvaje estampado? No vean cómo llamo la atención en la piscina del hotel todos los años con él. Yo si que se de moda, y no este tal Petete...Ahora sí, mi tipo es mucho mejor que el de la web de "echapalante", o como se llame...

A.L.I.A.S. dijo...

Buenas!!
Es la primera vez que os escribo, no la primera que leo algunos blogs, pero este me ha parecido tan gracioso y tan real que por fin me decido a escribir.
Un gran blog Petete aunq te has olvidado de algunos detalles (como es normal sino nos tendrías horas leyendo), como por ejemplo, cuando tenías la mala fortuna de tener algún hermano o primo mayor. En esta caso la ropa se heradaba de generación en generación y entonces aparecías vestido con esas fabulosas hombreras cuando ya nadie las llevabao con una falda pompollosa de ranitas, como fue el caso de mi hermana jejejeje. No puedo evitar ver esa foto que esta en el album, que pintas madre mía!!
Y respecto a tus chorreras he de decir que tengo una prima que las llevó por esa época, pero creeme nadie las heredó.
Mi enorabuena por el post. Está genial.

Petete dijo...

Muchas gracias a.l.i.a.s. Tienes absolutamente toda la razón. Lo peor es cuando se heredaba algo que ya estaba desfasado, pero en tu casa seguían pensando que como estaba nuevo, había que darle el mismo uso que tu hermana/ prima mayor. No me olvidaré nunca de los vestiditos con "nido de abeja" en el pecho. ¿alguien se acuerda? Por cierto, esa falda de ranitas con blusa de hombreras promete, si señor...Tu hermana debe de ser una santa para ponérsela.je!! Me alegro que le haya divertido el post. Muy bienvenida a lavistagorda. Contamos con más comentarios...

Anónimo dijo...

Querido Petete, ya ve que no es por no poner el nombre, ahora me identifico. Una ligera idea de lo que viene siendo su armario sí que tengo, la verdad. Y también es cierto que no me refería al nuevo jersey de rombos, sino a otro que a lo mejor desapareció el día que su madre decidió deshacerse de algunas viejas glorias que había por su habitación, pero aún quedan tantas otras...Porque... ¿qué me dice de esos zapatos de charol de punta cuadrada (los del vestido corto, sí señor, que alguien intentó que me pusiese este fin de año?Sí, sí, como lo oyen, o mejor dicho, como leen, pero menos mal que...

Petete dijo...

Bueno, "cocos". Esto es otra cosa. Así con identificación me puedo hacer una idea de qué tipos de jerseys me hablaba. Lo cierto es que por mi armario no sólo han pasado rombos sino también algún que otro dibujito que da miedo, la verdad. Pero lo que yo digo, que todo vuelve. Usted no ha valorado de poner este año mis zapatos de charol punta cuadrada, y ya verá como en poco tiempo estará pidíendomelos para ir a la moda...Claro que entonces, no se los dejaré. Por cierto, ¿podría aclarar a nuestros lectores el motivo de su nombre? Sé que nunca lo hemos preguntado, porque invade la intimidad, pero es sugerente, y yo no me acuerdo de su origen ;) Besos y gracias por estar ahí!!!!

Anónimo dijo...

Querido Petete, creo que sus lectores, tienen cosas mucho más interesantes que hacer, que leer el origen de mi nombre, pero ya que le pica la curiosidad, le diré que me bautizó una chica un tanto retrógrada, que no es por ofender, pero que la chica no es muy moderna para algunos temas, y claro, se escandaliza la pobre...

Petete dijo...

Ahhh, entiendo, COCOS...!!, pues que quede así la cosa entonces...Todo aclarado, sí señor!!! Ojalá todo el mundo fuese tan transparente contestando. ;)

Anónimo dijo...

Querida Tocotó:

Me he reido un montón recordando aquella época tan horterilla, gracias a tu blog.

He de añadir el momento acid horroroso, en el que se llevaba toda la gama de los colores fluorescentes, que yo le llamo, pero en plan ficha del parchís, es decir, toda la ropa de un mismo tono, hasta las zapatillas. y complementadas con aquellas chapas de caras sonrientes...creo que coincidió con la época del "toy"..."toy feliz", "toy aburrido", y aquellas pegatinas...menos mal que duró poco.
Pero también hubo tiempo para los chupetes de plástico colgados de los cordones negros al pescuezo, las hombreras hasta con el chandal( que se ponían debajo del sujetador, para que la sujección fuera doble...), el tupé con la pañoleta a modo de diadema...
Que tiempos aquellos. Donde los tangas todavía no se habían inventado, ni las compresas con alas, y las bragas brasileñas comenzaban a aparecer en alguna que otra mercería( donde todas las mirábamos con pudor y se asociaban entonces con mujeres ligeritas)
Menos mal que llegó pronto la era Zara y el imperio Inditex para salvarnos de horribles combinaciones.

Tocotó dijo...

Es verdad Pelotita, Petete, que es la que ha redactado este fabuloso post de moda y no yo, se ha dejado en el tintero la era acid, pero es que con tantos conocimientos como aloja en su libro gordo no le ha quedado otra que resumir un poco... Eso sí, las hombreras, complemento fundamental de la época, están perfectametne recogidas en tan magna recopilación.

Si es que cuando los ochenta no vuelven a resurgir en las pasarelas será por algo.

Petete dijo...

Pelotita, por supuesto que la Era del "toy" y el momento "acid" tampoco tiene desperdicio. Yo tenía una pañoleta con estos dibujos y me la ponía en la cabeza tipo diadema. Y por supuesto provocando un tupé. Para colmo, eran de color fosforito, por tanto aquello no había con qué combinarlo. Pero qué más daba, se trataba precisamente de ir así, horterilla...Esa moda de los 80 qué fea era..., pero oye!! ¿Y el juego que nos está dando? Nunca podríamos llegar a hablar tanto de la de los 90 o incluso la de los 70. Me alegro te haya gustado el post.