20.10.06

Protagonistas

La mayor parte de las veces sin proponérselo, algunos alumnos acaban convirtíendose en “protagonistas” del curso a medida que este va transcurriendo. Los motivos de ser elegidos como tal no son siempre estándares, puede ser porque hayan hecho alguna intervención memorable, porque hayan tenido un comportamiendo (bueno o malo) que los diferencia de los demás, o bien por la cantidad de tonterías por minuto que son capaces de decir… (habilidad que, por cierto los profesores no siempre valoramos y no es fácil de conseguir…). En fin, los motivos de ser un auténtico protagonista del curso son realmente múltiples.

La protagonista de esta entrada de “La vista gorda”, lo fue también de dos cursos académicos consecutivos (pronto entendereis que era fácil que repitiese o tripitiese). El motivo de ser ella y no otra persona, también lo deducireis sólos.

A continuación os presento a Pepita Pérez (así la voy a llamar yo).

Es dificil describirla con palabras, porque toda en su conjunto era un auténtico personaje, pero lo voy a intentar. Aparentaba ser la típica chica despistada, poco cuidadosa a la hora de expresar lo que pensaba…(Upss.., bueno, ahora que lo digo, no sé si puedo afirmar que pensaba, más bien, improvisaba. Es de las típicas personas que primero habla, y luego a veces, piensa sobre lo que ha hablado…), también era descuidada en su vestimenta (y aquí tengo que aclarar, que no me refiero a que fuese mal vestida o anticuada, como puede parecer, sino que muchas veces, parecía que olvidaba que si la camiseta era muy cortita, a parte de verse la barrigola, también se luce la ropa interior, y a veces, reconozcámoslo, esta ropa interior no es de anuncio de Calvin Kein precisamente…!!

El caso es que hasta el pelo de Pepita era particular…Sí, ya sé que las mujeres solemos quejarnos mucho del pelo…, nunca estamos conformes con él, no nos gusta ninguno de los 300 tintes que probamos, tampoco la textura, y ni que hablar tengo del corte…, que ese sería un tema que merece una entrada nueva para el blog, pero éste creedme era un “pelo dificil”, por decirlo de alguna manera. Vamos, que para “Pelo Pantene” no valía.

He de aclarar, antes de continuar, que en general, un/a alumno/a no es elegido “Protagonista” hasta que ha transcurrido al menos el primer mes del curso, porque semejante título no se puede otorgar a cualquier persona…Pues bien, la segunda semana de clases yo ya sabía que Pepita se llevaría el galardón…

El tipo de preguntas que hacía eran de lo más…(no sé qué adjetivo utilizar…), vamos, de lo MÁS, de lo más todo...!! Como comentaba antes, ella primero hablaba, (preguntaba, más bien) y luego, pensaba en si aquello tenía sentido (bueno, rectifico, en realidad creo que esta segunda parte la omitía).

Todas las preguntas, eso sí, estaban relacionadas con la materia, cosa que es de agradecer, pero claro, resulta desesperante, decepcionante, inexplicable e insuperable para un profesor oír por ejemplo, después de más de un mes hablando de lo que era una probabilidad, algo como lo siguiente: “Pero por favor, ¿Por qué la probabilidad no puede valer más de uno?” (Claro, en realidad, como un día dijo m. knight, uno es un valor muy pequeño… ¿por qué no puede valer 23 ó 102…? Ciertamente el que la inventó, era retorcido, lo reconozco, pero…,¿qué puedo hacer yo?).

Claro, mi cara fue tal cuadro de Picasso, que la pequeña carcajada del resto de la clase fue inminente…Lo peor de todo es que estoy convencida que el 40% de los demás tenían la misma duda, pero al menos también la malicia de no preguntármelo, cosa que en el fondo reconozco que me tranquilizaba.

Intenté explicare a Pepita que los conocimientos no se adquieren por un mecanismo de absorción consistente sólo en asistir a clases y sentarse en el pupitre sin más, sino que a veces era aconsejable atender al profesor, e incluso leer los apuntes o libros que él mismo proporcionaba y recomendaba.

Parecía que lo comprendía, hasta que llegó el día en que tras unas 8 horas de clase hablando de lo que era una función de densidad (que denotamos por f ) y una función de distribución (denotada como F ), Pepita levantó la mano y preguntó:

- “Profesora… ¿Qué es la F grande y la f pequeña? Porque a veces la escribes grande y a veces pequeña y no me entero…!! (Sólo le faltó añadir, “tonta…, que me lías”)

En este caso, respondí sólo con la mirada…, no fue necesario nada más, creo que Pepita recordó el rollo al momento: “no se aprende mediante un mecanismo de absorción…, etc, etc”

Creedme que después de estas dos magnificas intervenciones (a las cuales siguieron bastantes más que por supuesto no puedo reproducir, porque el blog pasaría a llamarse algo así como: “enciclopedia de las tonterías que se pueden preguntar a un profesor”), cada vez que nuestra protagonista levantaba la mano…, yo confieso que TEMBLABA…

Eso sí, éstas se convirtieron en simples anécdotas al lado de la siguiente acción de nuestra amiga. Os sitúo. Se trataba del examen de junio de la asignatura en cuestión. El tiempo máximo del que disponían para resolverlo era de dos horas y media y al cabo de unos 30 minutos desde que habían empezado, Pepi (porque con la confianza creo que ya la puedo llamar así) se acerca a mi mesa y me dice:

-“Profesora, ¿puedo ir al baño?
- No, Pepita, sabes que no puedes…, llevamos media hora de examen!!
- Ah vale!!

Claro, como se fue tan tranquila hacia su pupitre, y por mucho que lo intenté durante el curso yo no lograba entender el por qué de sus preguntas, me entraron remordimientos, por lo que la seguí, y le dije:

- ¿por qué me lo pides? ¿ te encuentras mal? (lo que menos quería yo era que realmente lo necesitara y no me lo dijese) Pero…, ¡¡ATENCIÓN, SEÑORES A LA RESPUESTA!!, aseguro que no tiene desperdicio:

- Noooo, qué va!!! Pero es que (y ahora se abanica la cara con sus manos) Me está entrando un sueñoooo………que quería echarme un poco de agua en la cara…!!!

Sí, sí, vuélvanlo a leer si lo necesitan, porque yo tuve que preguntarlo de nuevo:

- ¿Cómo? ¿Qué me estás diciendo?

- ¡ Pues eso! Que me está entrando un sueño increíble, y quería mojarme la cara…

No me pude contener:

- ¡Mira, Pepita, siéntate ahora mismo y lee el examen en profundidad, ya verás que pronto te despiertas!!

A lo que contestó de nuevo con un simple “vale” … (y con cara de alegría, no os penséis…) como si lo más natural en un examen es que te dé sueño…(fíjate que yo llevo hecho exámenes, y me pasó casi de todo, pero que me diese sueñoooo!!!)

Bueno, pues la historia no acaba aquí…Yo imaginé cuál era el motivo real por el que Pepi quería ir al baño, pero por si no estaba claro del todo, encontré las pruebas que me lo confirmaron.

Como os decía al principio de este post, Pepita era bastante descuidada en general. Y con tanto paseo de su pupitre a mi mesa, y viceversa…pues pasó lo que tenía que pasar…

Estaba yo dando un paseo entre mis alumnos para ver lo bien que expresaban sus grandes conocimientos sobre la materia en el examen, cuando al pasar al lado de Pepi, veo tremendo chuletón bajo su silla…, (y digo chuletón, porque su tamaño se podía equiparar al típico de Buey …).

Claro, no hice más que cogerlo y ponérselo delante de sus narices. Supongo os podéis imaginar a nuestra amiga, zarandeando las manos hacia arriba (al estilo Luismi, el de “Aída”), y balbuceando: “Eh, ah, ehhh, ahhh, mío nooo esssssss”.

Simplemente le dije que siguiese haciendo el examen, que yo tomaría las medidas oportunas…

Bueno, pues lo mejor de todo, es que en esa chuleta, efectivamente llevaba escritas cosas que habían caído en el examen…, y como no las sabía (porque si sabes algo para qué vas a hacer una chuleta, obviamente), en un momento, me llama para pedirme por favor que le confirmase si la fórmula correspondiente que había escrito en el examen era correcta!!!!

De verdad, en ese momento, de nuevo, Pepita me dejó cao…Por supuesto, le sugerí que no me marease más, que estaba llegando a su record, y con creces! Pero no se rindió.

Fue la última en entregar el examen (eso sí, un examen, imaginaros, plagado de tonterías, como era de esperar), y por supuesto cuando lo tuve en mis manos, recuperé su chuleta y la grapé a sus folios delante de ella. Le volví a recordar: “ ya tomaré las medidas oportunas”. A lo cuál, para rematar su gran intervención, en realidad la que le hace gran merecedora de este premio “Protagonistas” contestó:

-“Booo!! Total me la pillaste al principio del examen, y esta pregunta era la última, con lo cuál no la pude utilizar…”

Sobran las palabras!!
Mi enhorabuena, con cariño a Pepita por ser la gran ganadora.

12 comentarios:

Tocotó dijo...

Vaya con Pepita, sí señor, un merecido galardón y ¡¡¡dos cursos consecutivos!!! Yo nunca he encontrado entre mis pupilos a uno con sufientes méritos como para condecorarlo como protagonista, quizás daría un accesit al alumno cervecero con medalla de oro.

No sé si esto es buena o mala señal, vivo más tranquila, pero mi anecdotario se hace más pequeño...

Anónimo dijo...

Por supuesto que merecidísimo!pero la verdad, es que hay más Pepitas en este mundo, hay personas que, a finales de octubre del último curso de publicidad, todavía preguntan: ¿pero qué es exactamente la publicidad? ¿qué debo entender por marketing? A ver hombre, la pregunta es ¿cómo llegaste a 5º de carrera? En fin, sobran los comentarios...

Petete dijo...

Tocotó, le aseguro que si se lo propone encontrará, no a uno, sino a varios candidatos a protagonistas. Ya le digo, las razones para condecorar a alguien con semejante título son múltiples y hay que reconocer que a las nuevas generaciones desparpajo no le falta, por tanto estoy segura que encontrará su protagonista. Manténgame informada por favor.

En cuanto al segundo comentario, no sé por qué pero intuyo que es de un alumno, lo cuál me encanta. Animo desde aquí a los alumnos que propongan ellos mismos a los posibles candidatos entre sus compañeros o ellos mismos...

Anónimo dijo...

estoy muy contenta por el premio, donde puedo recojerlo?

Petete dijo...

Pepita, tenía pensado organizar una ceremonia para entregarte el galardón. Pero ¿qué te parece si te lo doy en el próximo examen a cambio de la chuleta correspondiente? Así las dos nos llevamos algo...Admito sugerencias

Anónimo dijo...

Ah, yo pensaba que ya estaba aprobada, vaya faena. Bueno, da igual, me parece bien, pero la chuleta te la doy al final del examen, porque me va hacer falta para acer los ejercicios. Si te la doy al principio no puedo usarla, ¿entiendes?

Petete dijo...

De acuerdo, Pepita, te dejaré la chuleta hasta el final, y en el momento de entregarlo la grapo de nuevo al examen, ¿te parece? En realidad no me había dado cuenta del problema de quitártela al principio sino llega a ser porque tu me lo explicaste bien en el primer examen. Eso si, si esta vez también te da sueño, no te levantes, por favor!! duerme un poquito que yo te aviso cuando acabe el tiempo disponible...
Queda entonces firmado el pacto, es que sería injusto para tus compañeros que te llevases el premio "Protagonistas" tres cursos consecutivos...a ver si se queda sólo en dos...

Anónimo dijo...

Hola, queria saver cuando es el examen. Es que necesito por lo menos un mes para preparar una buena chuleta.

Petete dijo...

Todavía falta tiempo, Pepita pero puedes ir empezando a prepararla para que no se quede nada en el tintero. Si quieres unos días antes puedes enseñármela y te digo si te puede ayudar o no...

Anónimo dijo...

Aivá creo que se me ha pasado el examen. Lo puedo acer el lunes 25 de diciembre? asi de paso recogo el premio.

Petete dijo...

Ay, Pepita, me había olvidado de ti...!! ¿Pero todavía sigues insistiendo? Está bien, te daré una oportunidad más.En caso contrario, dicen los expertos que te puedes traumatizar..., bueno, los expertos y la Ley. ¿Qué te parece si quedamos el día 31, pero a las 00:00? Te aviso que una pregunta segura será calcular la probabilidad de comerse las 12 uvas al tiempo de las 12 campanadas...Vete haciendo ensayos...

Anónimo dijo...

Perdonad que remueva un tema cerrado hace tanto tiempo, pero quisiera contaros un par de anécodtas mías:

La primera pregunta de un alumno (alumna en este caso) que escuché en la facultad de física (en la primera hora de la primera clase del primer día, mientras uno está radiante de alegría por que cree haber dejado atrás el instituto y todo lo relacionado con él) fué la siguiente: "¿qué significa espontáneo?"

La segunda es aún más seria, llegando casi a la altura de la de Pepita, a saber:

Septiembre, me dirijo a la revisión de un examen que suspendí a diez minutos antes de la hora a la que nos citó el profesor. Aparecen dos chavales, y se sientan a mi lado (a medio metro de la puerta del despacho del profesor), y mantenemos la siguiente conversación:

Ellos: ¿Tú vienes a la revisión?

Yo: Sí, y supongo que vosotros también.

Ellos: Ya tío, pero es que la revisión de nosotros (pertenecían a otro grupo) fué ayer.

Yo: Pues lo mismo no os atiende... no sé, no creo que se ponga borde pero no le va a hacer mucha gracia.

Ellos: ya, ¡este tío es un hijo puta! (aprovecho para recordar que estábamos a medio metro de su despacho). ¿Y qué?, ¿esperas que te apruebe? Pues ya puedes ir poniendo el culo por que este tío es un cabronazo. (Todo esto a voz en cuello). Además, ¿qué coño?, nosotros no sabíamos que la revisión era ayer.

Yo: Pues nada... díselo a ver.

En eso entro a ver mi examen, efectivamente había un error en la corrección y el profesor me subió 2,5 puntos. Aprobé, y sin "poner el culo" ni nada parecido.

Me marché por que me daba vergüenza ajena escuchar la exposición de los dos chavales sobre su problema, que empezó así:

Ellos (gritando): ¡es que no sabíamos que era ayer!

Bajo un rato a la cafetería, y me siento con unos conocidos. Aparece una chica llorando y dando voces, llamando cabrón al profesor, llamémosle, Alejandro. ¡El Alejandro es un cabronazo!, ¡le voy a rajar las ruedas del coche!, ¡el hijoputa me ha suspendido!

Al rato aparece otra chica en estado semejante, pero en este caso su furia se centra en el profesor Alberto, y se da la siguiente sucesión de barbaridades:

Ella: El cabrón del Alberto me ha suspendido.

Sus colegas: vaya putada.

Ella: Lo que más me jode es que Juanito y yo copiamos juntos, y él ha aprobado y yo no. Este tío es un MISÓGINO. (!!!!!)

Yo (con mucha sorna, pero al parecer no la suficiente): Pobrecita, tú no te merecías suspender.

Sus colegas: ¡qué injusticia!, deberías hacer algo.

Ella: ya, pero, ¿cómo se lo digo para que no se entere de que he copiado?

Uno de sus colegas de 22 años, tras un rato pensando: ¡ya lo tengo!, dile que tras el examen hablaste con Juanito y sabes a ciencia cierta que lo hicisteis igual.

Llegados a este punto yo me marché, y aún tuve tiempo para escuchar a mi Pepita particular proclamar sus intenciones de volver a la revisión con su nuevo as en la manga. Sinceramente, no creí que llegase ni a la puerta... pensé, tonto de mí,que el sentido común, la vergüenza o incluso el honor harían aparición en algún momento.

Días después pregunté a la alumna si fué a hablar con Alberto, y sorprendentemente sí lo hizo... pero

"el cabrón me echó de su despacho, y me dijo que al año que viene hablaríamos".

Y es que... mira que sóis cabrones los profesores ;)