29.7.07

No estamos de vacaciones

Que quede claro: no estamos de vacaciones. Tocotó, Petete y un servidor estamos trabajando en este preciso instante. ¿Les sorprende? ¿Tienen alguna idea de cuál es el calendario de vacaciones de un profesor de univesidad? ¿Y los horarios? La mayoría de la gente tiene una idea difusa que se concreta en tres palabras: no-dan-palo-al-agua.

Pues bien, aquí les vamos a contar cuáles son nuestras obligaciones, que básicamente pueden resumirse en tres puntos:

- Nuestro trabajo tiene una parte de docencia y otra de investigación, ambas obligatorias.

- Trabajamos a jornada completa, lo que en en nuestra univiersidad implica 37,5 horas a la semana.

- Sólo tenemos vacaciones en agosto.

Esto no significa que no tengamos unas buenas condiciones laborales, pero nos fastidia que la gente piense que nuestro trabajo consiste en dar unas cuantas horas de clase, atender otras de tutorías, corregir varios exámenes al acabar el curso y descansar el resto del tiempo. Es cierto que nuestros horarios son en general flexibles, y que bien podemos trabajar un día más y otro menos, o una semana 30 horas y otra 50; pero también es posible que nos toque dar una clase a las nueve de la mañana y otra a las nueve de la noche el mismo día, o que los plazos de entrega de algún trabajo nos obliguen a trabajar un fin de semana (o todos los del año, cuando estamos haciendo la tesis doctoral...)

Ustedes dirán que sí, que vale, pero que la mayoría de los profesores se escaquean porque no tienen que fichar. Vale, genial, ¿pero por qué nos lo cuentan a nosotros, que sí estamos trabajando? Es que nos repatea que año tras año, en pleno mes de julio, la gente se extrañe de que no estemos de vacaciones, y nos traten poco menos que de idiotas por no estarlo. Vamos, que si no trabajamos somos unos vagos, pero si lo hacemos somos gilipollas.

La verdad es que nuestro trabajo nos gusta y no solemos quejarnos, pero estamos hartos de que la gente piense que a estas alturas ya estamos de vacaciones.

7 comentarios:

Tocotó dijo...

¡¡¡Qué razón tiene M Knight!!! O somos unos vagos y maleantes, o unos estúpidos. Todavía es hoy el día que mi abuelo, tras explicárselo 20 veces, me dice: "¿pero si ahora no tienes clase, a qué vas a la universidad?"

Ha llegado un momento en el que ya ni nos molestamos en explicarlo y cada vez que alguien nos lo planta en los morros ponemos cara de: pues es así, qué le vamos a hacer, vagos y papones al mismo tiempo... En fin, resignación.

Eso sí, mañana mismo comienzo las vacaciones, así que ciao queridos y nos vemos en septiembre.

Petete dijo...

Esta es la prueba de que aún estando legalmente de vacaciones en agosto, en la práctica no es así. Cierto es que venir este mes a la facultad no es lo habitual (me atrevería a decir que ni siquiera normal), pero les puedo asegurar que hasta pasamos miedo estos días M.Knight y yo por las tardes. Y es que como no hay absolutamente nadie, cualquier pequeño ruido nos conmueve...

Yo intento ya no dar explicaciones de por qué en julio y en septiembre estamos obligados a trabajar, pero reconozco que alguna gente me sigue sacando de mis casillas...sobre todo porque tal y como decían mis compi-blogeros, siempre acaban insinuando que somos unos pringaos o si no unos adictos al trabajo...en fin...Felices vacaciones, para los que las tengais...

Anónimo dijo...

No os pongáis así.

Lo primero, que la gente no entienda qué es lo que uno hace en el trabajo, es bastante habitual y no pasa nada. Yo he llegado a tener que escuchar que me preguntasen si haciendo lo que hacía uno se podía ganar la vida. Era la época en la que realizaba spots publicitarios cosa, lo confieso, MUY MUY lucrativa. Y los que no hacían preguntas así, no sabían en absoluto qué hacía o en qué consistía mi labor. Así que es normal que os pregunten qué hacéis cuando no hay clase. Porque la gente puede saber que un profesor da clase, ya saber otras cosas puede ser muy difícil, igual que la mayoría de la gente no sabe lo que se hace en la mayoría de las profesiones.

Lo segundo: tampoco lo tenéis tan mal. Ahora que ya no realizo spots, doy clase en una escuela con nivel universitario. Y por supuesto que tengo que hacer todas esas cosas que decís: prepararme los temarios que tengo que hacer desde cero porque no se basan en ningún otro temario ya existente, preparar las clases, corregir trabajos, corregir exámenes, redactar las preguntas de los exámenes… Y nada de esto me lo pagan. A mí sólo me pagan (y bastante mal) las horas que doy de clase. El resto, no es ya que lo tenga que hacer en mi tiempo libre. Es que lo tengo que hacer en el tiempo que tendría que estar dedicando a trabajar en otras cosas pues con lo que cobro sólo de la escuela no da ni para la mitad de la hipoteca. Ya sé que lo que no es justo es esto y que no porque tenga esta situación signifique que vosotros lo tengáis tan mal. Pero os lo digo para que no os quejéis con tanta rabia. Los meses que en teoría son de vacaciones porque no hay clases para mí son de paro porque no me los pagan. Y eso que es una escuela carísima, en la que los alumnos pagan 5.000 € por cada año.

M Knight dijo...

Navaja, me da la sensación de que no nos has entendido bien. A mí también me parece normal que la gente no sepa lo que uno hace en su trabajo, y es normal que pregunte. De lo que nos quejamos no es de que nos pregunten, sino de que no nos pregunten, y den por hecho que no hacemos otra cosa que dar clase. Y esto no sólo pasa con desconocidos, sino con familiares que año tras año hacen los mismos comentarios.

Hasta aquí la cosa puede ser comprensible, porque la gente, de alguna manera, nos asimila a profesores de primaria o secundaria. Pero lo que nos cabrea más es que, una vez que se les ha explicado que no es así, les parecemos unos pringaos por estar el 30 de julio trabajando, cuando lo único que hacemos es cumplir nuestras obligaciones laborales. Por eso tenemos la sensación de que para mucha gente pasamos de la categoría de vagos (cuando no saben a qué nos dedicamos exactamente) a la de imbéciles (cuando ya lo saben).

Y por último, lo que creo que no hemos hecho en ningún momento es quejarnos de nuestro trabajo. Es evidente que, una vez que uno consigue estabilizarse (cosa que puede llevar mucho tiempo y esfuerzo acompañados de incertidumbre), el trabajo está muy bien. Pero es que aquí nadie ha dicho lo contrario.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Yo sólo me he quejado un par de veces, y en voz bajita, por el hecho de no tener horarios. Me refiero al tema que comentáis de la investigación. Alguien que no haya realizado nunca un proyecto personal de la envergadura de una tesis doctoral (o un libro, o un proyecto técnico, o lo que sea), no entiende por qué a veces nos quedamos currando hasta las 9, o las 10, o las 11. Ni por qué en agosto, a pesar de que se supone que es todo el mes de vacaciones, TAMBIÉN hay que currar (que si un articulín, que si tal ponencia, que si tal vaina).
Es por todo ello que yo me dispongo a apartarme por un tiempito de lo académico.
Mi horario de 9 a 5, mis fines de semana y mi tiempo para mí. Ale.
Ya os contaré qué se siente con esa exótica experiencia.

Anónimo dijo...

pues sereis muy trabajadores vosotros pero yo cuando hice la carrera la mayoria eran bastante vagos.
y si,tendras q lidiar con mucho imbecil,pero solo de leerte yo iria acojonao a tus tutorias jeje

pd:como trabajador mediante ett q soy (y que cada vez q hay festivo no cobro,no t digo ya en vacaciones),q un funcionario se queje.............

y uno universitario,mi madre es profesora de primaria y tengo varios amigos profesores de secundaria,y estos van acojonaos a trabajar....

es humano quejarse,todos queremos mas,pero creo q no tienes motivos de queja.porq alguien piense q eres un vago?y q mas da???lo q importa es la nomina coño,ande yo caliente y riase la gente

ala,con dios

M Knight dijo...

Nada, que está claro que no me he explicado bien: no me quejo (no nos quejamos) de nuestro trabajo, sino de la visión que a veces se tiene desde fuera y, lo que es más sorprendente, desde gente cercana que a base de repetírselo año tras año, podría haberlo entendido bien. Es una queja menor, desde luego, ¡pero para eso están los blogs!

Ah, y de los tres que escribimos aquí, ninguno es funcionario ni, a día de hoy, tiene un contrato fijo.