Es cierto que en la mayoría de los post de lavistagorda hablamos de los segundos. Me gustaría aclarar que no tenemos la mínima intención de generalizar y tachar a todos como éstos, pero tras varios intentos de hablar de los “alumnos modelos” hemos llegado a la conclusión de que los maleducados son los que más juego dan, (los otros son modelos sí, pero aburridos, ¿es cierto o no?) por ello este post va dedicado a uno de ellos, mejor dicho a una, se llama Male (Ducada es su primer apellido, el segundo no lo recuerdo).
Además de mi asignatura completa, este curso impartí unas prácticas de otra durante una semana. Cada alumno tenía dos horas y media de clases seguidas conmigo en todo el curso. La planificación de la clase era del siguiente modo: yo explicaría una práctica durante hora y media, ellos irían haciéndola a la par conmigo en su ordenador, y luego tendrían una hora para resolver una especie de examen-ejercicio relacionado con lo que acababa de explicar que les permitía obtener puntuación extra a sumar a la nota final de teoría. Por supuesto, para resolver el ejercicio podían utilizar los apuntes que quisieran (realmente complicado…). La asistencia a las clases era totalmente voluntaria. La única pega: no todos los alumnos obtendrían puntuación, sólo los mejores, los que no cometieran fallos (para resoverlo correctamente simplemente tenían que haber atendido bien durante la hora anterior y anotar todo lo que quisiesen).
La cosa no empezó demasiado bien cuando tras decir los nombres de las personas que habían obtenido alguna puntuación en la práctica anterior, impartida por Tocotó, la señorita Male gritó literalmente: oye, ¿mira, y yo no tengo ninguna puntuación…?
-Pues si no te he nombrado no, pero dime tu nombre por si estás en otro grupo por error.
Tras comprobarlo le digo: no, no tienes puntuación.
-Me cago en….-gritó a su compañera de al lado -me parece que voy a pasar de todo esto.
Preferí, y conseguí no hacer caso a las “buenas palabras” que oía, dado que la tal Male no se dirigía a mí.
Tras esperar que todos los alumnos tuviesen el programa abierto para que me pudiesen seguir a la par, comienzo la clase. Mi sorpresa de nuevo llega cuando tras los ordenadores oigo una voz insultante que grita de nuevo: “mira, puedes ir más despacio, que me pierdo”.
Consigo, no sé como, controlarme, porque no soporto esta actitud chula y le digo simplemente que lo intentaré. Male no aguantó callada más de un minuto cuando vuelve a gritar: “es que me pierdo otra vez, puedes ir más despaciooo”
- Pues la verdad es que lo que estoy haciendo deberías de saber hacerlo sóla, porque te lo enseñaron ya en la primera práctica y es completamente básico. No puedo ir más despacio, debido sobre todo a que si lo hago no tendréis tiempo para resolver el ejercicio.
Me gusaría aclarar que yo impartía la práctica por tercera vez, tenía el tiempo controlado, y nadie más se perdió ni protestó en ninguna otra clase.
A partir de ese momento, nuestra amiga Male, dejó el ratón a un lado, se puso un pie sobre la otra rodilla y empezó a jugar con el móvil en una actitud totalmente despectiva hacia la clase, y hacia mí, en particular.
Preferí una vez más ignorarla, y simplemente recordé en voz alta que las clases eran voluntarias, y que a quién no les interesara podía irse sin problema alguno…(tenía la esperanza de convencerla, pero tuve que seguir viéndole el careto el resto de la hora y media).
Llega el momento de hacer el ejercicio y me adelanta que no lo va a hacer (obviamente) pero me pide verlo. Tras darle la hoja le sugiero:
- Puedes hacerlo si quieres.
- No, no lo voy a hacer.
- Bueno, tu misma, pero no tienes nada que perder…
Y tras una mirada penetrante que casi me deja en el sitio llega el momento culmen de Male:
- Pues sí tengo algo que perder: ¡¡EL TIEMPO!!
No me podía creer lo que estaba oyendo, pero entonces pensé: si crees que me vas a callar tú a mí, mal vas. Mientras me entregaba la hoja en blanco y se levantaba le digo:
-¿Si? ¿el tiempo? Pues llevas perdida una hora y media ya…¿te has dado cuenta?
Male no se rendía y un poco cortada, pero con la cabeza bien alta contesta:
-Normal... es que con la velocidad a la que ibas no había quién te siguiera…
Claro que si ella no se cortaba, yo menos:
- ¿Si? Ahhhh, pero ¿te has dado cuenta que la única persona que se perdió en toda la clase has sido tu? Quizás deberías de pensar por qué…
Esta vez sí, logré que colorada como un tomate cerrase la puerta sin mirarnos, ni al resto de sus compañeros ni a mi…, pero eso sí, me dejó reflexionando una vez más: ésta es la educación de una niña de 19 años, casi recién llegada a la Universidad… No quiero pensar qué nos espera de aquí en sucesivas generaciones, ni qué les espera a los empresarios que la entrevisten algún día…, ni tampoco lo que le espera a ella misma como no cambie de actitud. Me consuela un poco pensar que, como decía al principio, por ahora estos son casos excepcionales.
12 comentarios:
Uffffff, me estoy conteniendo para no poner bararidades, ay el pronto de Tocotó. A la al Male le daba yo una buena ración de urbanidad... Yo también he "disfrutado" del buen hacer de su conversación además de esa constante cara de asco, he llegado a dudar que tuviese dientes...
Petete, su contestación ha sido simplemente perfecta, dejándola en evidencia, pero le puedo asegurar que la chica no ha aprendido. Debe de ser más hermética que un tupperware. Es más creo que Tupper era su segundo apellido.
Como la actitud de la alumna se descalifica por sí misma, yo diré dos cosas a su favor, para llevar un poco la contraria:
- Una, que estoy tan harto de alumnos pánfilos que no son capaces de contestar ni con monosílabos, que hasta agradecería tener a una maleducada como esta para hacer las clases algo más movidas.
- Y dos, que me parece genial su respuesta a la frase "no tienes nada que perder"... aunque en este caso la respuesta de Petete es todavía más acertada.
Por desgracia, no creo que llegue muy lejos o no por lo menos donde desea si es que quiere algo en esta vida.
Los 19 son jodidos así que me imagino que te costará aguantar más de estas...
La verdad es que lo que mas detesto en este mundo, es la falta de educación. Es una de las virtudes que no paso por alto, y que me llaman mas la atención cunado se hace gala de unos buenos modales.
muchos besos!
Tocotó, tienes razón! Ahora lo recuerdo, su segundo apellido es Tupper..., ya sé que antes que yo, fuiste tu la que disfrutaste de su agradable compañía en clase...Nada más contarle a Tocotó que una chica me había contestado mal en ese grupo ya supo de quién se trataba...
M.Knight, estoy totalmente de acuerdo contigo. La respuesta de Male a mi comentario de que no tenía nada que perder fue estelar, por ello creí que se merecía un post. Reconozco que se lo dije un poco con recochineo, porque era obvio que con su actitud en clase no podría obtener puntuación, pero buena soy yo si me buscan las cosquillas, no podía dejarla marchar así!!!Y además era cierto que ya había perdido una hora y media. Y eso es mucho para una persona que valora tanto el tiempo...
Interrogación, yo tampoco creo que llegue muy lejos con esta actitud, aunque quiero pensar que es culpa de los 19. Claro que, los míos no fueron así, de aquellas no contestábamos de esta forma, y tampoco quedan tan atrás...;)
Ángel, a mi me pasa lo mismo. La falta de educación me saca de quicio. Más que cualquier otra cosa. Prefiero que se duerman en clase, antes de que contesten así...Pero las nuevas generaciones vienen potentes en este sentido, o más bien, vienen carentes de educación...así que, paciencia...Más besos.
La falta de educación y de respeto hacen una mezcla explosiva a la que, por desgracia, tienen que enfrentarse hoy en día el profesorado de cualquier nivel de educación. Aunque soy de la opinión que los que peores lo tienen son los de la enseñanza secundaria. Pues a la falta de educación y de respeto se une el cóctel hormonal.
La vida suele enseñar a alguna gente del tipo de Male, a veces incluso antes de llegar a la universidad (que no es el caso). Si una clase te parece un coñazo no vayas y no jorobes a los demás. Sin ir más lejos yo, ejem, lo tengo hecho, pero es que derecho económico era un coñazo :)
...quizás os parezca raro, pero mis alumnos que van desde 24, 25 hasta uno que está haciendo el doctorado que tiene 51, creo y...claro ya han pasado mucho para ser unos insolentes porque, no sé si estaréis de acuerdo conmigo, pero no hay nada como sufrir las "contrariedades" de una carrera....uhhhmmm...digamos...¿puñetera?...¿cabr..? (¡Uyhsss!, por casi se me escapa el palabro) para que lo más importante sea terminar la carrera y ya está y no hay tiempo para esas groserías. Bueno, después de soltar este rollete, ¿os cuento un secretillo?...como es final de curso...¡señoras/es a mis...tatantos años se me han declarado varios alumnos!...si no fuera por lo que tengo encima...diría ¿qué pashhha? y la autoestima la tendría por los cielos...pero....en fin, no quiero terminar con una tristeza...
Me despido estimados compañeros, os deseo unas felices vacaciones...aunque me imagino que vosotros seguiréis trabajando...pero sin alumnos
Un dulce abrazo
Creedme que os admiro, ¿cómo podéis tener tanta paciencia los docentes? Yo no la tendría por mucho que me lo propusiera, sería imposible...
Bueno, menos mal que también tenéis satisfacciones y que no todo será lidiar con monstruitos, poque si nooooo...
Un abrazo :)
La enseñanza es una de las cosas que me apasiona a la vez que me aterra.
Durante unos años estaba casí decidida de que eso es lo que quería hacer el resto de mi vida, enseñar. Pero la idea esa se me pasó y ahora, creeme que lo agradezco, porque oigo situaciones en las que yo no se como hubiera actuado.
Mi abuela era maestra y siempre me contaba que los padres de sus alumnos le daban autorización para darles una bofetada si se la merecían.. Hoy en día eso es impensable hasta para los propio padres.
Como han cambiado las cosas verdad?.
Buena anécdote. Gracias por compartirla. Besos.
Zebedeo, te doy la razón en que la peor parte creo que la tienen los profesores de educación secundaria. Como siempre digo yo, al menos nosotros no tenemos que enfrentarnos a los padres..., que a veces son peores que los propios alumnos. Conozco un caso muy cercano en el que la madre de una alumna conflictiva le dio una bofetada a la tutora de su hija cuando ésta la llamó para contarle cómo era el comportamiento de la chica en clase: de tal palo, tal astilla...
En cuanto a lo de faltar a clase si te parece un coñazo, totalmente de acuerdo también, precisamente por ello no cuento la asistencia, creía que así vendría sólo la gente a la que le interesa..., pero ni con esas. Lo que resulta triste es que tenga que ser la profesora la que anime a abandonar el aula...
Dulce luna, eso de que se te declaren los alumnos debe de animar algo, aunque bueno..., todo depende de quién sea dicho alumno.
Felices vacaciones para ti también. A nosotros aún nos queda un tiempo para llegar a ellas, porque hasta agosto nada, pero bueno, eso sí, estos meses son sin alumnos...Un saludo.
Mandarina, seguro que sí tendrías paciencia para aguantarlos. Una no lo sabe hasta que no la ponen a prueba. Por otro lado, también es cierto que tenemos muchas satisfacciones con ellos, lo que ocurre es que, como ya comentamos más veces, aquí casi siempre comentamos los "detalles malos", porque son los que más nos siguen sorprendiendo...Otro saludo para ti.
Mae, igual que le comenté a Zebedeo, creo que a veces son peores los padres que los propios alumnos. Fíjate la diferencia: como bien cuentas, antes los padres daban autorización para darles una bofetada a sus hijos, hoy en día, la dan los propios padres a los profesores..., en fin, los tiempos han cambiado y mucho!!! Por otro lado, tu profesión también da mucho juego, al menos yo me río mucho con tus anécdotas. Gracias por visitarnos. Más besos
he pasado para ver como estais, Felices vacaciones!
(y merecidisimas por lo que veo..jeje)
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