
Ha llegado un momento en el que me ponía nerviosa al entrar en clase y esperaba el momento de mi error como algo inminente, hasta solté un par de coños... Pero finalmente la racha ha tocado a su fin. Ayer la clase resultó incluso divertida, aparecí con un tremendo siete en la camisa fruto de un alambre malvado, les hablé de la Pantoja para explicar los contrastes de hipótesis: todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, Petete te robé el ejemplo ;-), y no me confundí en las cuentas, ni en las fórmulas, lo de mi lengua resbaladiza fue imposible de evitar y se me escapó un estupendo "viaranza, ay no, variancia, jajajaja, varianza, varianza...".
Sólo quedan dos semanas de clase, y 3 pruebas sorpresa por delante, van a pasar más tiempo sudando delante de un folio en blanco que escuchando mis explicaciones, que espero sean correctas. Por lo menos que se queden con un buen sabor de boca a final de curso y a ver si se acuerdan de mi para la orla, aunque lo dudo mucho...